Sarkozy afronta en los comicios municipales su primer test electoral
La izquierda parte favorita debido al incremento de la impopularidad del presidente francés y el voto de castigo La primera vuelta se celebra hoy y la segunda el día 16
Actualizado:Con la popularidad bajo mínimos y dilapidado el capital de confianza ciudadana, Nicolas Sarkozy afronta hoy su primer test electoral en la primera vuelta de los comicios municipales a los diez meses de haber conquistado arrollador la presidencia de Francia. La oposición de izquierdas aparece como clara favorita de una consulta de dimensión sobre todo local, pero propicia a la expresión del voto de castigo por parte de un electorado descontento por la pérdida de poder adquisitivo y la exhibición de vida privada, lujo y vulgaridad por parte del jefe del Estado. La segunda y última vuelta se celebrará el próximo domingo.
«Yo no soy candidato a las municipales», se justificó esta semana el mismo Sarkozy que hace sólo unos meses pretendía convertir la renovación de los ayuntamientos en una reválida a su entonces aplaudida política de ruptura con el inmovilismo de sus predecesores. «Mi cita está clara: es al final del quinquenio», añadió poniéndose la venda antes de la herida de una pronosticada derrota en las urnas de la que sólo queda por conocer la amplitud. «Yo trabajo en la modernización de Francia sin dejarme distraer por las peripecias», zanjó en su única y discreta aparición pre-electoral en apariencia ajeno a los desfavorables sondeos.
Sarkozy también ha estado ausente de los carteles y los mítines de los candidatos de la UMP gobernante que ahora esconden las fotos con el presidente de las que hace poco se mostraban tan orgullosos. Los dirigentes conservadores se han marcado el objetivo de hacerse con una quincena de las 230 ciudades de más de 30.000 habitantes, de las que ya controlan el 55%. Con Burdeos -feudo del ex primer ministro Alain Juppé- y Niza prácticamente aseguradas, su reto es conservar las amenazadas Marsella y Toulouse, segunda y cuarta metrópolis del país.
Objetivos socialistas
El Partido Socialista, primera fuerza de la oposición, está en condiciones de reconquistar 30 de las 47 villas con más de 20.000 habitantes perdidas en las anteriores municipales de 2001 cuando el triunfo en París y Lyón -primera y tercera capitales- disfrazó sus malos resultados. La izquierda, que dirige en la actualidad 170 urbes con más de 20.000 habitantes frente a 220 la derecha, sueña con apoderarse también de Estrasburgo, Ruán, Caen y Périgueux, donde el ministro de Educación, Xavier Darcos, ve peligrar su alcaldía.
Otros 21 de los 33 miembros del Gobierno son candidatos a las municipales en un país donde los políticos acumulan cargos sin ley de incompatibilidades que lo impida, siempre prometida y olvidada cuando se acercan las citas electorales. El primer ministro, François Fillon, cuya popularidad al alza acentúa el declive de Sarkozy, parte claro favorito en su feudo de Solesmes (Sarthe) al igual que Michèle Alliot-Marie, titular de Interior, lo es en la localidad vascofrancesa de San Juan de Luz. Más complicado aparece el estreno como candidatas de las ministras de Justicia, Rachida Dati; Economía, Christine Lagarde; y Cultura, Christine Albanel, en tres distritos de París.
Entre los 8.520 candidatos a las elecciones cantonales, cuya primera vuelta también se disputa hoy, destaca la presencia de Jean Sarkozy, hijo del jefe del Estado, que a los 21 años debuta en Neuilly, acomodado municipio limítrofe con París en el que su padre inició a parecida edad su carrera política. «El nepotismo es la nominación, no la elección», ha puntualizado el presidente con orgullo por el heredero de su ADN político, demostrado en una conspiración para eliminar a David Martinon, portavoz del Elíseo, como cabeza de lista al ayuntamiento.
Carla Bruni, actual esposa de Sarkozy, no podrá depositar su papeleta ya que no está inscrita en las listas electorales. De nacionalidad italiana pero en trámites para naturalizarse francesa, podría haber votado como ciudadana de la UE en las elecciones municipales de Francia. Pero no se apuntó a tiempo en el censo antes de que expirara el plazo el pasado 31 de diciembre.