Enterrada en Sanlúcar la Duquesa de Medina Sidonia
Actualizado: GuardarLuisa Isabel Álvarez de Toledo, Duquesa de Medina Sidonia, fallecida el pasado viernes a los 71 años, recibió sepultura esta mañana en la localidad gaditana de Sanlúcar.
Al sepelio, llevado a cabo en la parroquia de la O, han asistido numerosas autoridades, así como diferentes representantes de la corporación municipal que han acompañado a la familia.
El consistorio de Sanlúcar ha declarado tres días de luto oficial por la defunción y ha informado de que en un próximo pleno extraordinario, la Duquesa de Medina Sidonia será nombrada hija adoptiva de la ciudad.
Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, Duquesa de Medina-Sidonia, conocida popularmente como la "Duquesa Roja" por su rechazo al régimen franquista, nació en Estoril (Portugal) el 18 de agosto de 1936.
Sus padres, exiliados en Estoril, pertenecían a una de las familias españolas de mayor linaje.
Era hija de Joaquín Álvarez de Toledo y Carmen Maura, biznieta del estadista Antonio Maura, y tras la muerte de su padre, el 11 de diciembre de 1955, recibió el título oficial de Duquesa de Medina Sidonia, uno de los más antiguos de España, ya que se remonta a 1297.
En 1967, un año después del accidente nuclear de Palomares (17 de enero de 1966), encabezó una manifestación reivindicativa, en la que defendía a los labradores y su derecho a indemnización como propietarios de las tierras contaminadas.
Este hecho le supuso un procesamiento y posterior encarcelamiento, que se mantuvo desde el 28 de marzo de 1969 a noviembre del mismo año, cuando fue liberada tras aplicársele un decreto-ley de amnistía.
La publicación de su novela "La huelga", en 1968, le llevó a un nuevo proceso, esta vez instruido por un juzgado militar.
Los dos incidentes anteriores le indujeron a exiliarse en Hasparren durante siete años; regresó a España en 1976 y volvió a ser detenida en su casa de Mortera, bajo la acusación de violencia contra los agentes de la autoridad, por lo que fue condenada a seis meses de prisión, que cumplió en libertad condicional.
Tras este último incidente, se instaló definitivamente en la casa ducal de Sanlúcar, un palacio del siglo XVI, donde se dedicó a estudiar y catalogar los legajos y documentos antiguos que poseía, unos seis millones, que lo convierten en uno de los archivos privados más importantes de Europa.