Huertos de colonización
Más de 700 personas viven en Caulina, uno de las zona de mayor extensión de la ciudad y que reclama «atención municipal» desde hace años
Actualizado:La enorme extensión que posee la comarca de Jerez hace que ésta sea un territorio lleno de rincones muy diversos que consiguieron encandilar a cientos de personas que años atrás se asentaron en ellos, siempre en busca de un futuro mejor. La mayoría de las barriadas rurales y pedanías surgieron precisamente de asentamientos históricos, de familias trabajadoras que hicieron del campo parte de sus vidas. Llanos de Caulina es uno de esos lugares de Jerez donde aún quedan personas que viven de sus tierras. En sus calles el aroma a primavera hace que el tiempo se dé un respiro y sólo la proximidad con grandes vías de comunicación, como los accesos a la autopista, rompen la estructura de la zona.
Caulina se compone de 174 hectáreas, de las cuales 13 están destinadas a infraestructuras públicas y otras nueve a caminos y arroyos, y en ella viven aproximadamente unas 700 personas. No obstante, estos vecinos llevan años reclamando la atención municipal que, siempre según ellos, se les ha negado de forma reiterada. Por ello, a lo largo de estos días han decidido elevar la voz y romper un silencio que ha hecho que muchos jerezanos desconociesen la existencia de este enclave.
Uno de los principales problemas a los que han tenido que enfrentarse estos ciudadanos es a los cambios que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) traerá bajo el brazo. A pesar de que aparentemente este hecho les va a beneficiar -ya que el suelo pasará de rústico a urbano no consolidado, según Urbanismo-, la adaptación de la zona a las infraestructuras que exige el Consistorio supone para muchos un gran contratiempo.
«Hace siete años llevamos a cabo unas obras que dotaron de calles y alumbrado, entre otras cosas, al barrio. Esto nos costó unos 2,4 millones de euros (unos 400 millones de las antiguas pesetas), un dinero que aún están muchos pagando», explica Jesús Benito, presidente de la asociación de vecinos de la zona.
Las cantidades de dinero que tuvieron que aportar los propietarios de las viviendas de la zona dependieron de los metros cuadrados de sus parecelas y oscilaron entre «un millón de pesetas y cuatro». «Ahora tenemos que volver a desembolsar dinero, ya que ni las calles valen como las hicimos en su día ni el alumbrado es el adecuado, por poner dos ejemplos», asevera.
Además de ello, los propietarios tendrán que ceder terreno para viales, zonas verdes, carreteras y todo aquello que sea necesario para urbanizar la zona, algo que «no nos preocupa demasiado pero que queremos tratar con Urbanismo». Ellos quieren que «se establezca el diálogo entre nosotros y Ayuntamiento», una situación que desde Urbanismo se asegura que existe desde el principio.
Mejoras para el centro de barrio y más presencia policial en sus calles son también asuntos que preocupan a estos ciudadanos.
braguilar@lavozdigital.es