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FÉRETRO. Dirigentes de los socialistas vascos portan los retos del ex concejal, a su salida de la capilla. / MIGUEL TOÑA. EFE
ESPAÑA

Los socialistas despiden a Isaías Carrasco con la firmeza de no doblegarse ante ETA

La cúpula del partido y los militantes homenajean de forma póstuma al ex edil con 'La Internacional' y entre la indiferencia de los vecinos de Mondragón. El obispo de San Sebastián pide en la homilía la disolución del grupo terrorista

MELCHOR SÁIZ-PARDO
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La familia socialista dio ayer en Mondragón su último adiós a Isaías Carrasco entonando 'La Internacional' puño en alto y con una promesa formulada ante el cadáver del compañero asesinado: «Nos harán daño, pero jamás nos doblegarán». Las palabras de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega fueron fiel reflejo del sentir de los centenares de miembros del PSOE y sindicalistas que, a pesar del abatimiento, este sábado inundaron la iglesia de San Juan Bautista de Mondragón para honrar al «compañero de base» muerto por las balas de ETA. Pocos, sin embargo, fueron los vecinos que se lanzaron a la calle para despedirse de su antiguo concejal.

«ETA ha asesinado a un trabajador, a un buen hombre, a un hombre dedicado a su familia, a sus amigos, a su trabajo y a sus ideales», comentó antes del oficio religioso Fernández de la Vega, visiblemente afectada. También con rostro adusto, el presidente del PSOE, Manuel Chávez, definió a las claras el sentimiento de la familia socialista: «Han asesinado a un hombre decente por pertenecer a un partido y a un sindicato libres. Han matado a un padre de familia, de casa y trabajo humilde», pero este «daño nos hará mas firmes». A los socialistas "nos provocan nauseas tanta crueldad, cobardía y vileza», dijo.

La rabia, no siempre contenida, se hizo patente durante todo el día. Ya en la capilla ardiente, antes del funeral, decenas de socialistas maldecían por los rincones a los asesinos de ETA. Abrazos y más abrazos en los que se fundían militantes anónimos con conocidos responsables del partido como José Blanco, Patxi López, Rodolfo Ares, Jesús Egiguren, Ramón Jáuregui, José Antonio Pastor, Txiki Benegas o Diego López Garrido, y del sindicato como Cándido Méndez. Todo ello, ante la mirada de responsables de otras formaciones políticas, en un respetuoso segundo plano.

Media hora antes de que los restos mortales de Isaías Carrasco salieran del ayuntamiento, decenas de socialistas se alinearon a las puertas del consistorio portando medio centenar de coronas y ramos de flores. Encabezó el séquito el diputado Eduardo Madina, víctima también él de un atentado de ETA.

'Todos somos Isaías'

A las cinco en punto, mientras las campanas tañían a muerto, el féretro del ex concejal salió del consistorio a hombros de dirigentes del partido en Euskadi, entre ellos Patxi López, Miguel Buen y el presidente del Senado, Javier Rojo. Por encima de sus cabezas ondeaba un gran mosaico de fotos del fallecido con la leyenda 'Todos somos Isaías'.

Antes del ataúd, y mientras varios militantes rompían a cantar la 'La Internacional' puño en alto, desfilaron la vicepresidenta, el 'lehendakari' Juan José Ibarretxe, Chaves y los presidentes autonómicos de Cantabria, Cataluña y Asturias, además de consejeros de otras comunidades. Junto a ellos, la viuda y sus dos hijas mayores.

La emoción de la militancia socialista contrastó con la indiferencia del pueblo. La plaza del ayuntamiento estuvo medio vacía. Sólo unas decenas de vecinos se atrevieron a salir a la calle, mientras otros muchos seguían el cortejo entre las ventanas entreabiertas de sus casas, en una imagen que se ha repetido hasta la saciedad en las últimas horas.

Un sonoro aplauso acompañó al féretro los escasos metros que separan la casa consistorial y la iglesia, donde los concejales de Mondragón y los compañeros de agrupación de Carrasco se hicieron cargo del ataúd.

En el interior del templo, al que no pudo acceder la prensa, aguardaban la llegada el resto de los representantes políticos y sindicales, como Eduardo Zaplana y María San Gil (PP), Gaspar Llamazares (IU), Iñigo Urkullu (PNV), Unai Ziarreta (EA) y Cándido Méndez (UGT).

«Completa disolución»

El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, ofició la misa, acompañado de otros sacerdotes. En su homilía, el prelado mostró su «indignación» por la «violencia desalmada de ETA» y rechazó el «manotazo terrorista» que ha terminado con la vida de Carrasco.

En su homilía Uriarte pidió también al pueblo vasco que en este «momento político decisivo», en velada referencia a las elecciones de este domingo, decida «sin coacciones» y, sobre todo, «exija la completa disolución de ETA». Euskadi, dijo, «no puede ni quiere resignarse a la presente situación».

A la salida, el féretro de Carrasco fue de nuevo recibido con aplausos. Una ovación que los presentes también dedicaron a la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y a la familia del ex edil allí presente. Tras el oficio religioso, los restos mortales del ex concejal fueron incinerados en una ceremonia que, esta vez sí, la familia y sus allegados vivieron en el cementerio municipal en la más completa intimidad.