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PADECIMIENTO. Sandra Carrasco (hija de la víctima), compadecida por una amiga. / V. WEST. REUTERS
Agradecimiento

«Pido a los que quieran solidarizarse que acudan en masa a votar», reclama la hija

La familia de la última víctima de ETA y medio millar de vecinos desafían al miedo en Mondragón «Que el asesinato de mi padre no sea manipulado por nadie», añadió

M. S. P.
Actualizado:

Los diez minutos de silencio que acaban de aplomar la plaza del Ayuntamiento de Mondragón dieron más dramatismo a las palabras de Sandra Carrasco: «¿Los que han matado a mi padre son unos cobardes que no tienen cojones!». La rabia contenida de la hija del militante socialista asesinado este viernes por ETA se desató, aunque sus dardos parecieron buscar también otros destinos: «Que el asesinato de mi padre no sea manipulado por nadie», exigió, porque «no lo vamos a tolerar ni mi familia ni yo».

Apenas medio millar de vecinos se atrevieron a desafiar al miedo y plantar cara a los violentos en su propio feudo y acompañar a la joven, a su madre Marian, su hermana Ainara y otros familiares de Isaías Carrasco en la protesta silenciosa convocada a mediodía de ayer frente al consistorio, cuyo balcón lucía horas antes un gran cartel en pro del acercamiento de presos terroristas que alguien se atrevió a arrancar y sustituir por un mosaico de fotos del asesinado bajo el lema 'Todos somos Isaías'. Mientras, desde los balcones adornados con carteles a favor de ETA, miradas furtivas tomaban nota de lo que ocurría en la plaza.

Fueron diez minutos de tenso silencio, coronados por un cerrado aplauso. Entonces, Sandra tomó la palabra. «A mi padre los han asesinado por defender la libertad, la democracia y los ideales socialistas», dijo con voz firme. «Ha sido un hombre valiente que siempre ha dado la cara», añadió.

La joven llegó a ver la agonía de su padre, tirado en la acera con cinco balazos en el cuerpo. Muy entera, reclamó que no se manipule el crimen, anunció que «mañana -por ayer- mi madre y yo iremos a votar» y pidió a la ciudadanía que acuda a las urnas para «decir a los asesinos que no daremos un solo paso atrás».

Sandra Carrasco, que agradeció las muestras de cariño en estas últimas horas de vecinos y militantes socialistas, aseguró estar "orgullosa de mi padre". Y cerró su alocución con un sonoro "¿hijos de puta!" dedicado a los pistoleros de ETA.

El insulto fue aplaudido por los congregados, pero su eco no llegó a los bares cercanos, empapelados de carteles de la izquierda 'abertzale' que pide la abstención y donde ya se empezaban a servir los primeros 'txikitos' a una parroquia por completo ajena al luto.

A las galerías acristaladas de la plaza, adornadas con los carteles de ANV y en contra de la dispersión de los presos etarras, tampoco parecieron llegar los gritos de rabia de Sandra. Su clamor tampoco hizo mella entre las decenas de vecinos que asistían en el frontón de la calle Viteri Etorbidea a un partido de fútbol sala entre las peñas del pueblo y en el que nadie había borrado las omnipresentes pintadas amenazantes, entre ellas a los socialistas.

Representación política

La tibia respuesta de los vecinos del concejal asesinado contrastó con la amplia representación política que acudió a Mondragón para arropar a la familia y al partido socialista. Marian, Sandra y Ainara estuvieron acompañadas de cerca durante la protesta por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, el presidente del PSOE, Manuel Chávez, y el secretario general del PSE, Patxi López. Junto a ellos, otros miembros de la familia socialista como Antonio Camacho, José Blanco, Rodolfo Ares, Txiki Benegas, Diego López Garrido, Antonio Hernando o Cándido Méndez.

El Gobierno vasco y el PNV estuvieron representados por el 'lehendakari' Juan José Ibarretxe; la portavoz, del Ejecutivo de Vitoria, Miren Azkarate; los consejeros de Justicia y Vivienda, Joseba Azkarraga y Javier Madrazo, respectivamente; José Antonio Ardanza, y Joseba Egibar, entre otros.

Fue igualmente nutrida la delegación del Partido Popular, con su líder en el País Vasco, María San Gil, en cabeza, acompañada de Carlos Iturgaitz, Carmelo Barrio, Leopoldo Barrera o Santiago Abascal. El líder de IU, Gaspar Llamazares, también estuvo presente.

Antes de los minutos de silencio, todos los representantes políticos visitaron la capilla ardiente de Isaías Carrasco, situada en el salón de plenos de la sala consistorial. A la capilla, que fue reabierta a las 9.00 horas de la mañana, acudieron durante algunas decenas de vecinos y numerosos militantes socialistas y de la UGT llegados de diferentes puntos del País Vasco y España.