ESPAÑA

Asesinos

AL final, lo han conseguido. Saben de sobra que este nuevo asesinato no les va a servir de nada, pero han logrado su objetivo que no es otro que poner de manifiesto que siguen ahí y que aún les resta capacidad y determinación para matar. Aunque no nos entre en la cabeza, tras el asesinato de Isaías Carrasco en Arrasate no hay más razón que esa. Quieren hacerle pagar a Zapatero su negativa a aceptar el chantaje durante la tregua. Curiosa manera de pasarle la factura al presidente asesinando por la espalda a un indefenso militante en presencia de su compañera y de su hija. Esto es matonismo puro y duro. La llamada 'lucha armada' ni entre ellos se justifica como un medio para conseguir objetivos políticos, sino lisa y llanamente para hacer que ETA se mantenga y se perpetúe.

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Hace tiempo que ETA dejó de ser un instrumento al servicio del proyecto político de la izquierda abertzale para convertirse en un fin en sí misma, y la izquierda abertzale y su supuesto proyecto político en un mero instrumento al servicio de la estrategia militarista. La historia ha demostrado que la verdadera razón de ser del desdoblamiento promovido por ETA (M) en 1975 entre el frente militar y las organizaciones políticas ligadas a ella residía precisamente en la subordinación de las actividades políticas a la dirección militar, dejando de facto al conjunto del movimiento político y militar en manos de la organización violenta. Desgraciadamente aquel modelo de relación sigue más vigente que nunca al haberse impuesto, una vez más, en el seno de ETA la decisión de ruptura del alto el fuego y el terrible atentado de la T-4.

Ese modelo de relación ha sido aceptado, por acción o por omisión, por la oficialidad de la izquierda abertzale, la que sufre las consecuencias de las ilegalizaciones. Un modelo de relación que pone al descubierto la debilidad de su planteamiento estratégico, pues hace descansar la pervivencia del llamado conflicto político en la existencia de ETA. Como si la pervivencia de la organización armada fuera su razón de ser.

Las formaciones políticas y especialmente las nacionalistas tienen que tener claro que el final de ETA sólo depende de ella, que no cabe alimentar falsas expectativas para un final dialogado. Porque después de todo lo que hemos visto, ya no va haber más diálogo formal para negociar el final definitivo. Todo indica que éste sólo se dará una vez declarada la decisión y la voluntad inequívoca del cese definitivo. El final definitivo se convierte así en una condición para el diálogo. Porque, aunque parezca mentira, tras el cese definitivo hay razones para el diálogo. Es cierto que ETA con su actuación ha cerrado la puerta que dejaba abierta el Pacto de Ajuria Enea en su punto diez. El asesinato del socialista Isaías Carrasco ratifica ese cierre y confirma la involución totalitaria y fascista de ETA. Esta era la acción de boicot que nos tenía reservada.

La ciudadanía vasca tiene ahora más motivos que nunca para responder a ese acto brutal e inhumano, acudiendo masivamente este domingo a las urnas y votando cada uno lo que tenga decidido votar. Es la mejor respuesta a ETA, pero también a aquellos que con su silencio se van a esconder en la abstención. Es también la oportunidad para aquellos de izquierda abertzale que, habiendo discrepado de la decisión de la abstención, se acerquen a las urnas y depositen su voto nulo, su voto rebelde.