LA PREVIA

Rebosó el vaso de mi paciencia

Debo reconocer que he tirado la toalla. Lo del Xerez de esta temporada ha calado hondo en mi persona y la ha noqueado. Lo de gente como Joaquín Morales, Monterrubio, Miguel Ángel Rondán, Casuco... ha provocado que el vaso de mi paciencia haya rebosado por el sinfín de gotas que han vertido en él. Gotas hirientes. Han matado al Xerez CD. Se lo han cargado. Y lo peor de todo es que a algunos de ellos los escuchas hablar a toro pasado y no son capaces de desdecirse a sí mismos en casos fragrantes de destrucción de nuestro equipo. Uno dimite pero nunca se ha ido, otros no dimiten porque quieren hundirse junto a su inoperancia. Los que no han dimitido, aún a sabiendas de que era lo más conveniente y satisfactorio para el Xerez, se han tornado en perro de hortelano, que como bien saben ni come ni deja comer. ¿Xerecista os llamáis? Y un pimiento, por no decir lo que verdaderamente pienso. Que uno conozca sus propias limitaciones y reconozca sus errores es algo admirable, pero en este Xerez hay pocos de esta estirpe.

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Luego están los que aparecen en la palestra para alimentar falsas esperanzas de un hinchada, de un sentimiento como es el xerecismo. Aparecen para salir en la prensa hasta la saciedad y luego, a la hora de la verdad, cogen por la calle de enmedio y se najelan, se mucan, desaparecen como espectros fantasmagóricos. En este grupo están los empresarios de Jerez, Compás y Gestión, Juan Morales y ahora Luis Parra, Jerezano. Por el motivo que sea, por culpa de lo que sea o de quien sea, al final, a la hora de la verdad, todos dan marcha atrás y el Xerez se queda con los mismos patanes como dirigentes y así nos luce el pelo.

Con referencia al partido de hoy, si les digo la verdad, me la repamplinfa. Paso de ir a mi localidad en Fondo Sur a pasar duquelas grandes. No me gustan los que rigen el club. No me gusta su apuesta deportiva. No me gusta ninguno de los entrenadores que hemos tenido desde que Schuster se fue (aunque también está aviado el alemán en la actualidad). No me gusta la labor del cuerpo técnico que mal dirige Rondán. No me gustan muchos de los jugadores que conforman el plantel. No me gustan los porteros que tenemos. No me gusta que no juegue Antoñito. No me gusta nada de el equipo de mi alma en lo que a esta temporada se refiere. Quizá me esté pasando un poco, pero es así como me siento realmente. Asqueado de la situación de mi Xerez de mi alma.

Viene el Celta, sí, muy bien. Un equipo aspirante al ascenso. Se la juega López Caro en Chapín. No viene Cannobio. Me podría poner a hablar en tono jocoso y dicharachero de estos datos y de otros referentes al choque de esta tarde, pero no me da la gana. Lo mismo hasta ganamos y todo. Lo que ocurre es que como dice la letra de una Bambera que le he escuchado cantar a mi primo Juan, a El Torta: «Estoy tan hechito a perder, que cuando gano me enfado...»

Se veía venir esto que está pasándole al Xerez desde mucho tiempo. Pero nadie ha hecho nada. Todo lo contrario. A los que a los cuatro vientos lanzaban su repulsa más enérgica por lo que ocurría lo tachaban de anti-xerecistas. De no querer al equipo por hablar de tantos factores desestabilizadores. Por decir la verdad, sólo por eso, se les llama anti-xerecistas. Anti-xerecistas son los que nos están llevando a la irrevocable situación actual del equipo azulino. Aaaaayyyyy Dios mío.

Es la primera vez que no voy a ir a ver al Xerez por una causa que no sea mayor. No voy simplemente porque me aburro en Chapín. Porque lo paso mal. Porque el enfermo no tiene cura. Aunque ojalá me equivoque y sí la tenga.

No me da la gana de ver deambular a once tíos vestidos de azul y blanco deshonrando una vez más a esta santa equipación. Sea por culpa de ellos o de quien sea. No voy a Chapín y punto. Lo mismo ganamos y el quinto por la cola pierde. Pero permítanme pensar que eso será pan para hoy y hambre para mañana, visto lo visto durante todas las semanas anteriores. Y que quede por delante que me encantaría equivocarme totalmente en mi argumentación.

Sinceramente, para mí la suerte está echada, o como escribiría mi compañero y amigo De los Ríos, «alea jacta est» o como se escriba.

Señoras, señores, ya les dejo tranquilos. Perdonen mi apesadumbramiento y mi negativismo. Pero es como me siento en referencia a mi Xerez por culpa de todos los que lo han maldirigido y mal defendido este año. FORZA XEREZ.