TRABAJO. Schuster dirige a los suyos en un entrenamiento. / EFE
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Bernd Schuster se refugia en el Espanyol

El alemán no se siente cuestionado tras caer en la Liga de Campeones Emplaza hasta el final de la temporada para hacer balance de los resultados

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Ni nota desconfianza por parte de Ramón Calderón, ni le preocupan los rumores sobre su futuro, ni considera siquiera que, tras la eliminación en octavos de final de la Liga de Campeones, sea el momento de analizar su gestión como técnico. Los balances se hacen al final de temporada, argumenta Bernd Schuster, encapsulado en las horas previas de un peligroso duelo ante el Espanyol que, en caso de tropiezo blanco, podría convertirse en un plebiscito sobre el técnico alemán. Al campeón sólo le queda la Liga y el colchón de cinco puntos sobre el Barça se resquebrajaría si los de Valverde, con Tamudo de nuevo en la convocatoria, recuperan el nivel de la primera vuelta y sacan tajada el enrarecido y tenso ambiente de Chamartín.

Schuster despejó ayer con frialdad alemana las preguntas que le formularon en Valdebebas sobre su continuidad en el banquillo. «No me preocupan los rumores porque vienen de una gente que no tiene capacidad de decidir», adujo el alemán, aparentemente seguro en el cargo porque, según dice, en ningún momento ha observado cambios ni dudas en Calderón. Emplazó al final de curso para evaluar los exámenes. «Al final yo también podré valorar lo que me ha dado el equipo», enfatizó.

Eludió toda comparación con el Madrid de Capello, negó por activa y por pasiva que el equipo acuse un bajón físico -«no lo he visto en ningún partido y es el aspecto menos preocupante», declaró-, e instó a sus jugadores a olvidarse de inmediato de la Roma y centrarse en «reaccionar ante el Espanyol, un partido muy importante ante el que preocupa concentrarse».

Con el fin de tranquilizar al entorno, el club emitió un comunicado para reiterar, como ya es tradición en el mundo del fútbol cuando las cosas van mal, su «plena confianza» en Schuster, y rechazar todas las informaciones que cuestionan su futuro porque «son falsas e injustificables, pretenden alterar la armonía existente y transmitir una imagen de desunión y enfrentamiento que, en modo alguno, se ajusta a la realidad». «La entidad ha tenido y tiene plena confianza en su entrenador, que no necesita ratificación alguna», remarcó el club.

En lo deportivo, Schuster recupera a Sneijder, que dispondrá de minutos tras casi un mes lesionado por una fractura de tobillo, pero sigue son poder contar con el sancionado Sergio Ramos y los lesionados Metzelder, Van Nistelrooy, Robben y Salgado. Sí mejoró Cannavaro, quien sufrió una contusión ante los romanos pero podrá jugar ante el Espanyol. Tras un tiempo sin contar, Saviola vuelve a la convocatoria.

Triunfos balsámicos

Si para el Madrid el polémico triunfo en Huelva supuso en balón de oxígeno, para el Espanyol tuvo un efecto balsámico la victoria ante el Valencia que le permite consolidar su puesto de UEFA, a sólo dos puntos del Atlético, último equipo en Champions. La mejor noticia para los pericos es la vuelta de Tamudo, muy querido en el Bernabéu tras quitarle la última Liga al Barça con dos goles en el Camp Nou. Regresa después de un mes y medio de baja por una fractura de cúbito en su brazo izquierdo y recuperado de una sobrecarga muscular sufrida la semana pasada. «Es posible que sea titular», avanzó Valverde, que pierde a De la Peña por una lesión muscular.

El Txingurri cree que los suyos pueden «plantar cara» si salen con «más fuerza que el Madrid, con peores intenciones que ellos». Pero siempre «protegidos» y «sin volverse locos», ya que los blancos se despliegan bien al contragolpe. Reconoce que la baja de Van Nistelrooy es importante porque «es decisivo y el hombre gol del Madrid» y, sobre todo, le preocupa «la capacidad de distribución de Guti».

No cree Valverde que el Madrid sufra una crisis, ni que su juego sea tan malo, y entiende que las dudas sobre el proyecto de Schuster son «una parte más del fútbol». Pero tanto él como sus jugadores confían en que el Espanyol supere las estadísticas adversas y gane en un feudo maldito desde que dos goles de Lardín le dieron la victoria en la temporada 95-96, con Camacho en el banquillo catalán. Después, once visitas y apenas un empate, en la campaña 2000-01.