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CONSTERNADOS. El abuelo de Mari Luz se queja de que la Guardia Civil no buscara en el puerto cuando él se lo pidió. / EFE
ANDALUCÍA

Hallan muerta a la niña Mari Luz en la ría de Huelva tras dos meses desaparecida

El cuerpo apareció flotando con un fuerte golpe en la cabeza La familia de la pequeña, destrozada por el desenlace

CECILIA CUERDO
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Los peores presagios se acabaron cumpliendo. Un trabajador de una refinería encontraba ayer flotando en la ría de Huelva, frente al monumento a Cristóbal Colón, el cadáver de la pequeña Mari Luz Cortés, la niña de cinco años de etnia gitana que desapareció de su casa el pasado 13 de enero. El cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición, aunque los agentes han podido identificar el cadáver a través de las ropas que llevaba, las mismas que vestía la niña cuando se le perdió la pista.

Fuentes de la Guardia Civil confirmaron que el cuerpo apareció flotando en el mar junto al muelle petrolero sobre las 18 horas. Fue un trabajador de una de las refinerías que se encuentran en la ría de Huelva quien lo descubrió e inmediatamente daba aviso a la Guardia Civil, que se encargó de trasladarlo en una lancha hasta el muelle de Levante.

A cinco kilómetros

Allí se encontraban ya el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, y el alcalde de la localidad, Pedro Rodríguez, ambos muy involucrados en los esfuerzos para localizar a la menor. El lugar en el que ha aparecido se encuentra muy alejado de donde desapareció Mari Luz, a unos cinco kilómetros de su casa, y había sido rastreado en diversas ocasiones por los agentes.

Las mismas fuentes explicaron que aunque el cuerpo se encontraba en avanzado estado de descomposición, pudo ser identificado en poco tiempo porque tenía el mismo tamaño y llevaba la misma ropa que vestía Mari Luz en el momento de su desaparición: una falda vaquera y un jersey y unas medias rosas. Según otras fuentes, al parecer el cadáver tenía el cráneo quebrado por un fuerte golpe, no tenía cabello y presentaba un aspecto muy deteriorado propio de llevar muchos días en el agua.

Los agentes fueron los encargados de informar de la trágica noticia a los padres de la niña, que se derrumbaron al conocer el hallazgo. La madre, Irene Suárez, incluso sufrió un ataque de ansiedad. Rápidamente, la familia -arropada por cientos de vecinos consternados- se trasladó hasta el muelle para esperar a la lancha que traía el cuerpo entre escenas de intenso dolor.

Sobre las 19,30 horas, una ambulancia, escoltada por cuatro vehículos policiales, se llevaba el cuerpo hacia el tanatorio de Huelva para que se le practicara la autopsia y las pruebas pertinentes para certificar su identidad. En ese instante se vivieron los momentos de mayor tensión de toda la tarde, ya que los abuelos de la niña empezaron a increpar a los agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional por no haberles hecho caso «y haber salido a buscarla desde el primer día en los barcos», como les solicitaron en diversas ocasiones.

Mari Luz Cortés desapareció de su casa la tarde del 13 de enero. Mientras su madre dormitaba, la pequeña le comunicó su intención de dirigirse a un quiosco de golosinas cercano donde adquirió unas patatas fritas. Allí se perdió la pista de la niña. Tanto la familia como los vecinos de la barriada El Torrejón se movilizaron por todo el país para pedir la vuelta a casa sana y salva de la pequeña, e incluso el padre, Juan José, llegó a ofrecer una recompensa de 300.000 euros a quien la tuviera retenida.

Pistas falsas

Después de 54 días de incertidumbre, en los que aparecieron numerosas pistas falsas que situaban a la niña incluso en Italia y otras tantas llamadas de impostores que trataban de sacar beneficio de la desaparición, la familia optó por contratar a un equipo de investigadores privados para hallar algún indicio de su paradero. Pero apenas les ha dado tiempo a investigar, ya que Mari Luz ha aparecido un día después.

Un portavoz de la familia pidió ayer tarde vivir «con tranquilidad y en la intimidad» unos momentos «tan amargos». A la espera de la autopsia, el portavoz reconoció que los padres y familiares de la menor se encontraban destrozados, viviendo «momentos sumamente amargos», aunque rodeados de familiares y amigos.

Las muestras de solidaridad no han tardado en producirse. Tanto el presidente de la Junta como los otros líderes políticos andaluces enviaron el pésame a la familia. El Defensor del Pueblo, José Chamizo, se mostró confiado en que la policía detenga cuanto «antes a los culpables» y que la sociedad «siga apoyando a la familia».