Los políticos no mienten
Lo que contradice la verdad no es siempre mentira, en política al menos, pues aunque no todo sea del color del cristal con que mira, según la tesis hiperescéptica del poeta Campoamor, cada político, en la oposición o el gobierno, vive su propio mundo y discurre por su propia legislatura, lo que ofrece al gran público, que habita la realidad, el espectáculo de mil o dos mil versiones diferentes de esa realidad. Rajoy, por ejemplo, no sólo llama mentiroso a Zapatero, sino que le acusa de mentir siempre, lo que exigiría un gran dominio del arte de la mendacidad. Y ayer se despertaba un diario nacional titulando en primera y a cuatro columnas una entrevista a Rajoy con esta frase: «El 11-M no ha sido un tema esencial en la legislatura». ¿En qué legislatura ha vivido Rajoy?
Actualizado: GuardarA Francisco José Alcaraz, presidente de la AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo), se le podría considerar el político/revelación de la legislatura, pues ha conseguido mediante un trenzado de afinidades con un sector político y otro eclesial la movilización de las capas más conservadoras del país. Y sus mensajes movilizadores no se han ajustado frecuentemente a la verdad, como los referidos al presidente Zapatero, a quien ha calificado, entre otras falsedades, de ponerse de rodillas ante el terrorismo y de ser embajador de ETA. La gestión de Alcaraz al frente de la AVT arroja un balance que mucha gente considera negativo, sobre todo por haber instalado a una asociación de personas sufrientes y con derechos especiales en el mismo plano que las instituciones políticas, en lo que al protagonismo político respecta.
José Francisco Alcaraz se retira para atender sus negocios, y esa decisión en momento tan delicado como las vísperas electorales no se interpretaba ayer como el preludio de un cambio en la dirección de la AVT sino como la continuidad que representa su sucesor, Juan Antonio García Casquero, único candidato tras el mutis de Alcaraz en las elecciones a la presidencia de la entidad. Esperaba ayer el presidente saliente que continúe la línea de «rebelión cívica», pues se marcha convencido de que Zapatero seguirá negociando con ETA.
Sobre los contactos, diálogos o negociaciones mantenidos por el gobierno Zapatero con ETA se sabe con alguna certeza que la banda parece haber jugado más o menos con el voluntarismo del presidente, y que en ese juego sólo ha perdido ETA, porque a partir de ya se les va a exigir a los terroristas, para iniciar cualquier diálogo, que vayan poniendo la arma por delante. Pero en estas cuestiones, el presidente ha respondido a muchas preguntas con tal dosis de ambigüedad (o con la ambigüedad que las circunstancia requerían) que el PP se ha sentido autorizado a acusarle de mentir, lo que en un caso concreto, referido a un tiempo posterior al atentado de Barajas, podría estar justificado. Pero esa mentira, sólo supuesta, no lo sería contemplada desde el empeño por el que luchaba Zapatero, y que los políticos no mienten; viven en un mundo poblado por sus propias verdades.