OPTIMISTA. Zapatero, durante la entrevista en un hotel. / BERNARDO CORRAL
José Luis Rodríguez Zapatero candidato del PSOE

«Sólo en el tema de la crispación nos ha llevado la delantera el PP»

«ETA debe ofrecer hechos irrefutables para que el Gobierno diese nuevos pasos», afirma el líder del PSOE

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A José Luis Rodríguez Zapatero se le ve optimista. Da la impresión de que tiene pocas dudas de su victoria este próximo domingo. Cree que le avalan cuatro años de gestión en los que se ha dado «un gran salto hacia adelante» en políticas sociales. Pero huye de triunfalismos. Los datos de las últimos sondeos le satisfacen, pero opta por la cautela sabedor de que la encuesta definitiva no se conocerá hasta la noche del domingo.

-¿Satisfecho con el desarrollo de los debates televisivos?

-Muy satisfecho, sobre todo con el simple hecho de que se hayan celebrado. Llevábamos 15 años sin realizar debates porque los candidatos del PP se habían negado. Yo me alegro, en primer lugar, de que el señor Rajoy haya corregido su error de 2004 cuando se negó a debatir conmigo. Independientemente del resultado, que deben juzgar los ciudadanos, lo que es importante es que se hayan celebrado.

-A punto de acabar la campaña electoral, ¿ha alcanzado el nivel de tensión que usted buscaba?

-He explicado varias veces que esa tensión hay que entenderla como interés por el desarrollo de la campaña electoral. Creo que las audiencias televisivas de los debates y el ambiente en la calle en general hace pensar que los españoles no quieren dejar pasar la oportunidad de participar en la decisión que se toma el próximo domingo. Nos jugamos mucho. Se decide si seguimos avanzando por el camino de la convivencia o volvemos a la política de la crispación, la mentira y el enfrentamiento entre los ciudadanos que ha protagonizado el PP.

-¿No han estado a rebufo del PP? Da la impresión de que algunas de las propuestas presentadas por Mariano Rajoy, sobre todo las referidas a la inmigración, son las que han centrado la agenda de la campaña.

-Pues no. Las propuestas del PSOE están muy avaladas por la tarea realizada estos cuatro años. Hemos incidido en unos objetivos básicos que son el bienestar social y el empleo, con un aumento de las pensiones y los salarios mínimos. Nuestra apuesta es reforzar el pacto social que hicimos con empresarios y sindicatos. Y en esos temas tenemos credibilidad. Durante esta campaña el señor Rajoy sólo ha hablado de tres cosas: inmigración, terrorismo y de la que él define como la amenaza nacionalista. Sólo en el tema de la crispación el PP nos ha llevado la delantera.

-Pero ha habido momentos, sobre todo al inicio de la campaña, en que su electorado parecía menos movilizado.

-Son unas presunciones que no sé en qué se basan. Yo siempre he visto muy movilizado a mi electorado. La gestión del Gobierno durante toda la legislatura ha estado por encima del número de votos que tuvo. En una democracia es un indicador muy significativo. Siempre ha habido un respaldo muy importante al Gobierno.

-Sin embargo, las encuestas les dan un horquilla que oscila entre los 2,6 y los 4 puntos de ventaja. Un buen margen pero inferior al que obtuvo en 2004.

-Hay que tener mucha cautela con los sondeos. Esperemos al día 9, no a los análisis previos porque no hay nada ganado. Todas las encuestas indican que hay una mayoría de españoles que quiere que yo gane las elecciones. Pero no basta con eso. No basta con desear. Hace falta convertir ese deseo en voto.

-Pero en algo habrá fallado su gestión si, tras lo que usted califica como una brillante legislatura, no se prevé una victoria clara del PSOE. ¿Hay espacio para la autocrítica?

-Ya dije que sí hay dos elementos claves en los que soy muy autocrítico: el pronóstico que hice sobre el final de la violencia justo antes del atentado de la T-4 y los problemas que tuvimos con el AVE en Barcelona. Reconocí los dos errores y pedí públicamente disculpas por ellos. Es evidente que en la tarea diaria de gobierno el presidente toma cientos de decisiones y procura que la mayoría sean acertadas, pero siempre hay un margen de error, como en las encuestas.

-¿No han errado a la hora de saber vender sus logros sociales?

-Creo que ese es otro tópico que no se corresponde con la realidad. Los mayores saben que sus pensiones han subido, los jóvenes que tienen más becas, las mujeres que hemos dado un paso de gigante hacia la igualdad, los autónomos que este gobierno les ha equiparado en derechos con el resto de los trabajadores y tantas y tantas cosas. Yo creo que no hay mejor política de comunicación que la de los hechos, la de las promesas cumplidas.

-¿Frustrado por no haber logrado la paz en Euskadi?

-El intento supuso la derrota de ETA porque para los ojos de todos los ciudadanos vascos y del conjunto de España se ha demostrado una vez más que el fanatismo y la locura de ETA quiebra cualquier expectativa. Puse todo lo que tenía, política y personalmente, para intentar alcanzar el final definitivo de la violencia y desarrollar el proceso de paz. Sólo hay una cosa que lamento profundamente en estos cuatro años de lucha antiterrorista: la muerte de cuatro personas a manos de ETA. Nada más, porque ETA está más débil y la democracia más fuerte. Hemos acortado el periodo para que veamos su fin.

-¿Por qué mantuvo los contactos con ETA tras el atentado de Barajas?

-No hay presidente de Gobierno que pueda decir que no a una hipótesis, por lejana que fuera y planteada por personas serias, para ver si era posible la vuelta al alto el fuego. La verdad es que yo tenía pocas expectativas.

Engaños

-Usted negó que esos contactos se hubiesen dado y aseguró que no había negociación posible con ETA.

-Sí, es verdad, lo dije en el Parlamento. Pero semanas después se produjo aquel intento, que sólo suponía una verificación final de cuál era la actitud de la banda. Ya no había proceso ni diálogo. Todo quedó roto tras el atentado de la T-4. No hubo ningún cambio de actitud por mi parte. La mejor prueba de que no había nada que ocultar es que yo mismo lo hice público en una entrevista. Con la verdad y la sinceridad se va siempre por delante, y es lo que he hecho en estos cuatro años. No ha habido un proceso de diálogo más transparente: ha estado sometido al amparo del Parlamento, a la exigencia diaria...

-El PP sostiene que mintió a la ciudadanía.

-Sólo me faltaba estar todo el día contestando a quienes desde el primer día han intentado sabotear todo lo que ha hecho el Gobierno. Los ciudadanos saben cuál ha sido mi actitud cuando he estado en la oposición y cuando llegué al Gobierno. Yo presté mi apoyo incondicional a Aznar y promoví el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Y cuando estuve en el Ejecutivo se presentó la oportunidad de acabar para siempre con el terrorismo. Entonces hice lo mismo que mis antecesores: intentar acabar con ETA por la vía del diálogo, sin concesiones políticas de ningún tipo y dentro de los márgenes de la Constitución. Lo hice con el apoyo del Parlamento. El señor Rajoy, en cambio, formó parte de un Gobierno que dialogó con ETA, acercó y excarceló presos, permitió el regreso de miembros de la banda que vivían fuera de España y siempre contó con el respaldo de mi partido y del resto de la oposición.

-¿Pero no hubo cierto engaño?

-No. Vamos a ver, al PP se le ve el plumero. Ha estado desde el primer día haciendo todo lo posible para que las cosas no le salieran bien al Gobierno. Espero que en el tiempo que nos quede hasta ver el fin de ETA no haya nadie que actúe como Rajoy porque es muy dañino para los intereses del Estado.

-¿Volverá a dialogar con ETA?

-No. Sólo tiene una salida: su fin definitivo y para siempre.

-¿Ni indirectamente, como tras el atentado de Barajas?

-No. Es que ahora es un problema de absoluta credibilidad. No ha lugar para empezar algo que no tiene salida.

-¿Tendría que haber una declaración de abandono de las armas para que el Gobierno diese nuevos pasos?

-Tendría que haber algo más que declaraciones.

-¿Gestos?

-Hechos irrefutables.

-¿Negociará con Ibarretxe la celebración de la consulta que pretende realizar?

-Debo ser muy claro. No habrá ningún acto que no respete la Constitución y la ley. Y la consulta, tal y como la ha planteado Ibarretxe, él mismo sabe que no puede convocarla y que no se celebrará. Trabajaré con una actitud de diálogo con el Gobierno vasco y con la sociedad vasca porque siempre agoto la última gota de entendimiento antes de un escenario de confrontación.

-¿No ha habido cierto electoralismo en el proceso de ilegalizaciones?

-Lo que ha habido son decisiones judiciales. En este asunto hay que ser muy serio porque los partidos políticos son parte fundamental de nuestro sistema de libertades. Sólo se puede actuar contra ellos cuando existen pruebas concluyentes y no meros indicios o sospechas.

-¿Tienen los nacionalistas un peso exagerado en la política española?

-Tienen el peso que les otorgan los ciudadanos con sus votos.

-Si tiene que elegir, ¿a quién prefiere como socios, a IU o a los grupos nacionalistas?

-En esta legislatura he demostrado capacidad suficiente de diálogo como para alcanzar consensos con todos los grupos.

-¿Han realizado algún estudio económico de a cuánto asciende el coste de todas sus promesas?

-Sí, lo tenemos hecho.

-¿Y se puede saber cuál es la cifra?

-Unos 22.000 millones para los próximos cuatro años.

-¿Y eso es asumible por las arcas del Estado?

-Sí, y manteniendo el superávit. Creo que en estos cuatro años hemos logrado cierta credibilidad a la hora de decidir cómo se gestionan las cuentas públicas. Tenemos unas bases muy sólidas para saber lo que podemos gastar manteniendo un equilibrio presupuestario.

-Cada vez está más claro que hay riesgo de que haya una crisis económica fuerte.

-Los datos económicos siguen siendo razonables. Hay un crecimiento del 3,5%, y es un buen dato.

-Pero también hay una subida importante de los precios.

-Los precios van a a moderarse de aquí a final de año. Acabaremos 2008 por debajo del 3% de inflación. En la subida de los precios hemos tenido dos problemas: el petróleo ha subido por tres en esta legislatura y también han subido de precios los cereales porque faltaba producción. Eso está empezando a tener solución, los precios se moderarán, pero no es descartable que a nivel mundial tengamos una etapa de precios básicos de alimentación más altos de lo que han sido en los últimos años.

-¿No tiene el Gobierno ningún instrumento para moderar ese alza?

-Es verdad que siempre se puede hacer algo para mejorar la distribución, pero lo que hay que hacer es apoyar a las familias y eso ya lo hemos hecho.

-Parece evidente que el discurso del PP sobre inmigración puede calar en sectores tradicionales de la izquierda.

-Rajoy no ha lanzado ningún mensaje, ha lanzado un papel que no sirve para nada. En materia de inmigración la cuestión no está tanto dentro como fuera, en los países de origen, con los que hay que intentar tener una relación política que funcione como un puente continuo. Cuando ya están aquí es muy difícil hacer algo. Siempre habrá quien entre y pueda quedarse.

-Pero insisto, ¿no teme que pueda robarles votantes tradicionales de izquierda en aquellas capas de la población que más usan las urgencias de los hospitales públicos o los que tienen trabajos poco cualificados?

-Rotundamente no. Si alguien se cree que el PP, después de pasarse toda la legislatura hablando sólo de ETA y diciendo que España se rompía, va a conseguir ahora atraer votantes con el discurso del miedo en inmigración y en economía es porque no conoce a los españoles.