Vecinos de Lola Flores denuncian que el 'botellón' ha vuelto a sus calles

Los vecinos de la avenida Lola Flores, en concreto los residentes en la urbanización El Ángel, ya no aguantan más. Están cansados de batallar contra la movida, un fenómeno que durante años ha castigado sus calles y que ahora parece haberse asentado de nuevo en ellas. Tras la entrada en vigor de la conocida como Ley Antibotellón -hace poco más de un año- estos jerezanos comenzaron a dormir tranquilos las noches de los fines de semana. A pesar de las molestias típicas de tener varios bares de copas próximos a sus viviendas, la normalidad se había apoderado de su urbanización, y es que «los chavales dejaron esta zona para irse a beber al botellódromo».

No obstante, y coincidiendo con los cortes de las vías aledañas a la Jerez Norte, «el botellón ha vuelto a estas calles», como aseguraron ayer notablemente molestos desde la comunidad de propietarios de El Ángel.

«Hemos dado un paso hacía atrás importante. Volvemos a tener bajo nuestras ventanas a los coches discoteca, los actos vandálicos se suceden y vuelen los olores, los problemas para aparcar, las noches en vela...», explicaron los afectados. De hecho, el último de los daños que han sufrido en el mobiliario de la urbanización ha sido la ruptura de las cerraduras de las verjas que delimitan las viviendas, sin olvidar que algunos vehículos ha aparecido con arañazos o cristales rotos.

Desde la comunidad de propietarios recalcaron ayer que «llevamos tres fines de semana llamando a la Policía Local y no aparecen por aquí. Sabemos que hay pocos efectivos y la mayoría se encuentran en los alrededores de Jerez Norte». Por ello, y si la situación no mejora en los próximos días, desde este colectivo se ha querido dejar bien claro que «pondremos en marcha los mecanismos necesarios para acabar con esta situación de una vez por todas».

Es importante señalar que con la entrada en vigor de la normativa andaluza no acabaron todos problemas derivados de este fenómeno ya que las quejas de los jerezanos que tienen sus viviendas en las zonas más cercanas al botellódromo no han cesado, sin olvidar algunos grupos aislados de jóvenes que han creado cierto malestar en puntos concretos de Jerez.

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