ESPAÑA

Pena de 94 años de cárcel para un padre que violó a sus hijas durante veinte años

La Audiencia Provincial de Navarra condenó ayer a 94 años de cárcel a un individuo que durante veinte años violó a sus tres hijas a las que sometió además a todo tipo de abusos sexuales. La sentencia destaca que la madre de las chicas, que en el juicio declaró a favor de su marido, conocía las vejaciones a las que eran sometidas.

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El tribunal considera a A.C.R., de 56 años y natural de la localidad de Cilleros (Cáceres), autor de seis delitos de violación, un intento de violación, un delito de estupro y un abuso sexual, todos ellos cometidos contra sus hijas. La sentencia cree probado que las tres menores, nacidas en 1974, 1978 y 1982, fueron sometidas a «múltiples tocamientos y violaciones» desde los tres años. Dos de ellas fueron violadas reiteradamente mientras que la tercera sufrió abusos.

No obstante, la audiencia le absuelve de seis delitos de violación y de tres de abusos sexuales, ya que esos hechos fueron cometidos hace más de 20 años y, por tanto, están prescritos penalmente. El fallo impone además el pago de una indemnización de 60.000 euros a una de sus hijas y de 20.000 euros a otra de las entonces menores. El condenado tampoco podrá acercarse ni comunicarse con sus hijas una vez abandone la cárcel.

«Con voluntad»

Según los magistrados, el pedófilo practicó los abusos «con pleno conocimiento y voluntad». La sala rechaza así el informe psiquiátrico aportado por su defensa que sostenía que el condenado sufría una desviación sexual que le llevó entender el «vínculo paterno filial» de manera «incorrecta e incestuosa».

Tras la lectura pública de la sentencia, y ante la abultada pena impuesta, la Fiscalía, que había reclamado 142 años de cárcel, pidió a la Audiencia Provincial el inmediato encarcelamiento del violador, a lo que accedió la sala. El agresor ingresó horas después en el centro penitenciario de la capital foral.

La sentencia que se dio a conocer ayer destaca, asimismo, que los continuos abusos provocaron varios intentos de suicidios de las tres hermanas, que no se decidieron a denunciar a su padre hasta septiembre de 2003 debido al «miedo extremo» que tenían a su agresor.

Durante el juicio, A.C.R, un obrero de la construcción, negó haber violado a sus hijas, si bien reconoció que las había sometido a tocamientos por todo el cuerpo.