La 'realpolitik' de Uribe
La grave tensión regional generada por el asalto militar co-lombiano en suelo ecuatoriano está siendo manejada por Bogotá bajo una óptica militar: todo se subordinó al hecho central de liquidar a Reyes.
Actualizado: GuardarHay pocas dudas de que la localización del número dos de las FARC fue posible desde el gran apoyo tecnológico, equipo y personal incluido, que Washington da al gobierno de Bogotá en el marco del Plan Colombia, que hace del gobierno Uribe el tercer receptor de ayuda militar norteamericana en el mundo, solo tras Israel y Egipto. Los criterios de realpolitik llevaron a la muerte de los terroristas en dos etapas. Aparentemente nadie se planteó la posibilidad de capturar a los reunidos que estaban durmiendo. Este primer dato revela la fuerte preferencia del gobierno colombiano por la fuerza.
Uribe sabía que contaba con el respaldo norteamericano que, un hecho notable, se extendió a los candidatos demócratas Hillary Clinton y Barack Obama, quienes aprobaron la acción y ni siquiera mostraron alguna reticencia por la obvia violación territorial de la soberanía ecuatoriana. En estas circunstancias, con Bogotá asegurando que las FARC trafican con uranio y han recibido 300 millones de dólares de Hugo Chávez, la reunión de la OEA de ayer en Washington solo podía ser un híbrido de satisfacción formal a Ecuador en el registro jurídico y un llamamiento al diálogo para superar la crisis.
Tal diálogo es imposible ahora y también lo es predecir si, todo puesto en la balanza, Uribe ha hecho lo mejor para los intereses nacionales colombianos a largo plazo al situarse inequívocamente como la longa manus de los Estados Unidos en la región, el Israel de América Latina, según la ruda expresión de Chávez que ha hecho fortuna en los medios.
Todo está por ver.