Asegurar el empleo
La publicación de las cifras del paro registrado en febrero han vuelto a poner de manifiesto la inexistencia de un consenso político que permita efectuar una valoración ajustada a la realidad de los datos oficiales, sometidos a lo largo de esta campaña a interpretaciones divergentes cuando no abiertamente opuestas. Mientras el Gobierno se escudó, por boca del ministro Jesús Caldera, en un contexto más favorable que el de enero, cuando el paro sufrió su peor subida en la serie histórica iniciada en 1997, el PP incidió en las graves consecuencias que puede acarrear el actual reajuste del mercado laboral. El repunte por quinto mes consecutivo del desempleo, que se incrementó en 53.406 personas, evidencia que el impacto de la ralentización económica ha repercutido sobre el paro no de manera coyuntural, apuntando una tendencia que posiblemente empeorará a lo largo de este año, aunque los periodos de contracción en el empleo puedan verse compensados por los aumentos derivados de factores estacionales como las cosechas agrícolas o el turismo. Pero aunque las perspectivas no son optimistas, el mal dato del paro se ve contrarrestado por la recuperación de las afiliaciones a la Seguridad Social, que demuestran que nuestra economía sigue siendo capaz de crear empleo aun cuando lo haga a un ritmo menor que el de los últimos años.
Actualizado:Los casi veinte millones de personas que están trabajando en estos momentos constituyen una garantía para mantener el superávit que, a su vez, permitirá afrontar las exigencias del pago de un mayor número de subsidios por desempleo. Pero el vigor del mercado laboral español no puede llevar a minusvalorar los riesgos que conlleva una situación de incertidumbre hacia la evolución de la economía como la actual, ni tampoco a descuidar carencias como los altos niveles de temporalidad aún presentes y el estancamiento de los trabajos a tiempo parcial, como opción atractiva para mejorar la compatibilidad entre la vida personal y la profesional. Las dificultades que se anticipan por el retraimiento en el sector de la construcción, que no pueden mitigarse a corto plazo por el impulso a la obra pública, aconsejan perfeccionar el pacto entre los agentes sociales para preservar la estabilidad del mercado laboral favoreciendo al tiempo su movilidad y ofreciendo soluciones que prevengan la desconfianza entre los trabajadores.