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COMIDA. Mariano Rajoy almorzó ayer en Vigo, donde protagonizó un mitin en el polideportivo municipal. / AFP
ESPAÑA

El PP confía en conseguir la victoria electoral gracias al voto oculto

La mayoría de los sondeos le dan como perdedor, pero Rajoy se atiene al precedente de las municipales

MAGIS IGLESIAS
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Mariano Rajoy afronta la recta final de la campaña electoral con las encuestas sobre intención de voto en su contra y la moral de sus seguidores menos exultante que tras la celebración del primer debate. Pero el equipo de campaña del candidato confía en que el voto oculto que, dicen, que tiene el PP le dé, finalmente, el triunfo.

La mayoría de los estudios demoscópicos dan como perdedor a Rajoy, pero los expertos electorales de su partido aseguran que los electores no suelen confesar su voto al PP, tal y como se demostró en las últimas elecciones europeas y los recientes comicios municipales, en los que los resultados superaron los pronósticos de los sondeos previos. Aunque no conocen ni el volumen ni las causas de este votante emboscado, los dirigentes populares aseguran que apareció en las municipales de 2003, en plena guerra de Irak, cuando las encuestas situaban al PP a diez puntos de distancia de un PSOE ganador que, sin embargo, en las urnas apenas logró una ventaja de 200.000 votos al partido entonces en el poder.

Con los socialistas en el Gobierno, los dirigentes del partido opositor creen que su elector potencial está todavía más retraído, pero terminará por darle su apoyo el 9 de marzo. Además, están convencidos de que los socialistas de la vieja guardia, que han sido muy críticos con la política de Zapatero sobre la unidad de España, la lucha antiterrorista y la gestión económica, optarán por la abstención. En todo caso y, tras comprobar que los sondeos publicados vaticinan resultados muy diferentes en cada provincia, no tienen dudas de que el poder se dilucidará el domingo «en un pañuelo».

Aunque las predicciones y el debate del lunes han rebajado la euforia popular de la semana pasada, el equipo que dirige la campaña de Rajoy asegura que no habrá cambios en los días que restan y se mantendrán los mismos mensajes en los actos fijados de antemano.

Aunque el PP intenta mantener el ánimo tras el segundo debate de Rajoy y Rodríguez Zapatero -con celebración incluida en la noche del lunes, donde no faltó la copa de cava de la cúpula del partido en el despacho del presidente-, el ambiente es muy distinto al del primer cara a cara. El candidato del PP celebró en su tierra los dos mítines posteriores a su confrontación con el aspirante a la reelección y allí recibió el apoyo del presidente del partido en Galicia, Alberto Núñez Feijoo, que le felicitó por «la altura» del debate y dijo que, el lunes ante las cámaras, «se enfrentaron dos cejas y un cerebro».

El aspirante a La Moncloa mantuvo el habitual discurso de campaña al que incorporó una novedad: «Voy a hablar de la niña de Rajoy», anunció. Criticó que «hay mucho intelectual entre comillas que nunca entenderá lo de la niña». Reiteró los argumentos de su primer discurso en el debate en el que presentó su programa con la parábola infantil y concluyó que «quiero que la niña de Rajoy sea feliz». Sus paisanos celebraron esta afirmación con un sonoro «¿Esto es un presidente!».

También acusó al líder socialista de «vender armas y hacerle la pelota a Chávez», mientras él prefiere estar con Merkel y Sarkozy. Insistió en que la situación económica es «muy preocupante», que Zapatero niega la realidad y las familias viven peor que hace cuatro años.