AUTOR. Juan José Millás agradó ayer al público de la Kursala. / M. G.
JUAN JOSÉ MILLÁS ESCRITOR Y PREMIO PLANETA 2007

«La universidad no es muy dada a hablar de escritores vivos»

El último premio Planeta, el escritor Juan José Millás, fue ayer el invitado de honor de las Presencias Literarias de la UCA

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El mundo Millás, el de los articuentos y los libros nace de las extrañezas más cotidianas, las que hila y convierte en aventuras la «sencillamente compleja» mente del último Premio Planeta, Juan José Millás (Valencia, 1946). Ayer, el escritor fue el ilustre invitado de las Presencias Literarias de la UCA.

-¿Qué piensa de este encuentro en torno a la Literatura que organiza la Universidad y que reúne a estudiantes y profesores con intelectuales de primer nivel?

-Me gusta mucho porque la Universidad española no es muy dada a hablar de escritores vivos. Le gustan más los muertos porque no se mueven, porque pueden trabajar con ellos sin que se rebelen. Me gusta entrar en la Universidad y hablar con profesores y alumnos de una obra que está ahora en marcha, viva y que se resiste a que la disequen como a los insectos.

-Dice que le costó mucho sacar del cajón la historia autobiográfica de El mundo (Premio Planeta). Ahora, que no para de reeditarse, ¿ha perdido ya ese pudor inicial?

-Bueno... fue una huida hacia adelante. Tenía dudas respecto a la publicación del libro pero a mí el miedo siempre me empuja. Las reservas que tenía desaparecieron cuando me presenté al Planeta que era el modo de retener la difusión en el caso de ganarlo. Ahora estoy satisfecho. Además, gracias a él estoy viajando mucho y las impresiones que recibo son muy buenas.

-¿Le costó arrancarla por esos elementos autobiográficos que incluye?

-Claro. Es descaradamente autobiográfico y siempre eso te da complicaciones. Se debió al pudor normal de exponer tu propia vida.

-¿Eso confirma que escribir por encima de temores es terapéutico?

-Bueno, eso ya ha perdido significado, pero sí, es una forma de terapia en la medida en que la escritura te construye, te hace y también te da la oportunidad de montarte y volverte a desmontar que es lo que seguramente hacen muchas terapias.

-Ha dicho que descubrió la Literatura de verdad cuando pudo estar dentro del Ulyses sin tener la impresión de formar parte de un grupo de turistas.

-Si, porque hacer una lectura ingenua de estas grandes obras es muy difícil. Siempre están llenas de notas al pie de las traducciones y adaptaciones. Creo que leer una novela con notas al pie de página es un disparate.

Fijación por las autopsias

-Su padre tenía un taller de electromedicina, ¿eso despertó su curiosidad por el cuerpo humano?, ¿logró saciar con su obra y con la serie documental Autopsia esa inquietud?

-Creo que el interés por el cuerpo humano nunca se sacia porque siempre da la sensación que hay algo más allá. Pensé que una vez que asistiera a una autopsia e incluso hiciera un documental iba a quedar agotada mi curiosidad pero no fue así, te queda la impresión de que el cuerpo dice poco y que lo significativo está más allá. Este interés por el cuerpo tiene que ver con que mi padre era un médico frustrado, y siempre se quedó en mí.

-¿Y esta inquietud ha traspasado a su literatura?

-El cuerpo está muy presente sobre todo en mi obra periodística. Siempre concibo que la obra literaria es un corpus y el secreto de que un relato y un cuento salgan bien es que sus partes se relacionen perfectamente.

-Planeta ha creado un nuevo premio dedicado a la opinión periodística en el que no se permite concursar a los opinadores políticos, ¿qué le parece?

-Me parece muy bien. Creo que hay un exceso de opinión política en los periódicos. Parte del éxito de mis columnas tiene que ver con que escriba de realidades cotidianas.

-Ha comentado que parte de los que atacan a la televisión no podrían vivir sin ella...

-Claro. Cuando uno se mete tanto con la televisión es porque la ve mucho, ¿no?

Millás y Boris

-¿Cómo va su relación con Boris Izaguirre (finalista del Premio Planeta) con el que ha compartido una intensa gira literaria?

-Va muy bien (risas). Hemos hecho una amistad muy sólida durante la promoción que ha sido muy enriquecedora para los dos. Precisamente, acabo de hablar con él.

-Él dijo que ustedes eran como el Batman y el Robin de la Literatura...

-(Risas) Eso fue uno de esos aciertos que tiene Boris...era una broma.

La Espasa, el pollo y otros cuentos

No parecía un escritor de culto, sino más bien un amigo que te encuentras y del que hace tiempo que no sabes. Millás llenó, tanto en público como en risas, la Kursala. Anécdota tras anécdota y con reflexiones hiladas se llevó al público a su universo, el de las extrañezas y los conflictos de identidad que encienden en cada libro su portátil. «Antes escribía con bic azul punta fina pero la prensa me unió al ordenador». En cada una de sus respuestas desarmó el estereotipo de escritor lejano, estirado y bohemio. De su niñez recordó sus curiosas lecturas de la palabra muerte en la Espasa familiar, y la fijación por observar el asador de pollos de la cafetería de la esquina. Y confesaba sus dedicatorias al uso: con mi sincero afecto o con mis mejores deseos de futuro. «Si alguien es muy especial, le pongo las dos».