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Los trabajadores de Comes se quedaron en la sala. / ÓSCAR CHAMORRO
Ciudadanos

La Administración revisa 632 tacógrafos de Comes y analiza los horarios de conducción

El comité de empresa pasó la noche encerrado en la Delegación de Transportes como protesta ante la actitud de la compañía Las partes retomarán mañana la negociación del convenio

A. M. R.
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La crisis en torno a Comes vivió ayer un día muy movido. A primera hora de la mañana, los 11 miembros del comité de empresa de la compañía de autobuses llegaban a su reunión con el delegado provincial de Transportes, Pablo Lorenzo. Y allí, en la sala de juntas del edificio de la Plaza de Asdrúbal, se quedaron toda la tarde e incluso durmieron. Esta mañana, sobre las nueve, tienen prevista otra reunión con el delegado de Empleo, Juan Bouza, y mañana se retoma el diálogo en un nuevo encuentro con la dirección de la empresa.

En paralelo a esta protesta, la Administración autonómica estudiaba los 632 tacógrafos que requisó el lunes a distintos autobuses de Comes en una serie de controles realizados en la capital, Jerez y La Barca de Vejer. La empresa ha querido aclarar que la medida de control es rutinaria, «o así nos lo han explicado los inspectores», señala el gerente, Julio Álvarez.

En forma

Los trabajadores lo ven de otra forma. En su opinión, la Junta de Andalucía quiere corroborar si las denuncias que vienen elevando desde el inicio del problema sobre los incumplimientos en las jornadas de trabajo (exceso de horas de conducción, para ser más exactos) son ciertas. «Al fin parece que van a hacer algo», asegura Antonio Obregón, portavoz de los empleados de Comes.

La empresa no lo ve así. Afirma estar muy tranquila con los controles y confía en que la medida no se haya tomado como respuesta a la presión de los sindicatos involucrados en la negociación del nuevo acuerdo laboral.

También consideró una medida de presión la exigencia de los trabajadores de que la nueva cita para hablar del convenio se celebrara durante la jornada de hoy o incluso ayer mismo. «Por supuesto que queremos negociar, pero por razones de agenda no podemos antes del jueves (por mañana)», apuntó el gerente.

Los empleados, a todo esto, encajaron esta respuesta como una nueva afrenta de la empresa y por ello decidieron encerrarse en la Delegación de Transportes. «Nos parece muy poco serio que por un problema de agenda no se reúnan, cuando de lo que hablamos es de intentar resolver una crisis que les afecta a ellos porque son los responsables de la empresa», indican desde el comité. Igualmente, los trabajadores agradecieron una vez más la mediación de los delegados de la Junta de Empleo y Transportes, que estaban dispuestos a cancelar sus agendas con tal de continuar intercediendo entre las partes.