Zapatero besa a una simpatizante durante el mitin.
ESPAÑA

Zapatero advierte al PP de que nunca ganará quien «siembra el miedo»

«Si alguno piensa que a las mujeres no pueden aún viajar por el mundo sin complejos, dijo en alusión a la 'niña de Rajoy', es que no sabe cómo es hoy la España real» El candidato socialista pide el voto para un Ejecutivo «fuerte»

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«Ya lo habéis oído, era una táctica, una estrategia, era falso, tenían mala fe». José Luis Rodríguez Zapatero encontró el viernes una mina en el artículo del Financial Times que atribuye al secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, la confesión de que su campaña electoral persigue la abstención de los votantes socialistas. La declaración fue desmentida por su protagonista, pero conforme a la máxima del se non è vero è ben trovato, el jefe del Ejecutivo volvió a emplearla ayer como prueba de que el PP miente cuando habla de economía, inmigración o nacionalismos para sembrar el miedo. «Si pensáis que España tiene un futuro prometedor -dijo- apoyad al PSOE el 9 de marzo».

El secretario general de los socialistas aprendió hace tiempo de los demócratas estadounidenses, en concreto de Bill Clinton, eso que con tanta frecuencia repite de que «el pesimismo no ha generado nunca ni un puesto de trabajo». Y mantiene la filosofía de que, puesto que los ciudadanos votan futuro, siempre tendrá más posibilidad de ganar quien hable con mayor optimismo sobre lo que ha de venir.

«Si alguno piensa que este país no puede, que es triste y que a las mujeres todavía le faltan no sé cuántos años para viajar por el mundo sin complejos -dijo en alusión a la niña de Rajoy- es que no sabe cómo es hoy la España real». Lo de que este país puede no fue casual. Responde al efecto contagio de otro demócrata, Barak Obama. Durante todo el mitin, Zapatero intentó con un discurso deslavazado -el cansancio empieza a hacer mella en su oratoria tras diez días de campaña- arrebatar la más mínima credibilidad a los argumentos con los que Mariano Rajoy reivindica el cambio político.

«Hay más posibilidades, se ha apoyado a más gente y en los próximos cuatro años habrá más derechos y nuevas políticas sociales porque España puede hacerlo», insistió. El presidente del Gobierno dejó muchas frases sin terminar, muchas ideas sin rematar y muchos argumentos sin concretar. Pero es difícil creer que el público asistente fuera capaz de percibirlo, a tenor de su entusiasmo.

Una vez más, y como ha ocurrido durante toda la campaña, el aforo se quedó pequeño. 15.000 personas en la plaza de toros. Los socialistas aseguran que desde principios de los ochenta no veían nada semejante. Y, aún así, siguen temiendo que mucha gente se quede en casa el próximo domingo. Dicen que las encuestas, las suyas propias, no auguran «todavía» una mayoría suficiente para gobernar sin hipotecas.

En parte porque muchos de quienes aseguran querer una victoria de Zapatero son votantes nacionalistas y en parte porque existe una bolsa de votantes socialistas, sobre todo mayores de 60 años, que aún miran con cierto recelo al presidente del Gobierno por su política antiterrorista y territorial. Por eso, el líder del PSOE rara vez habla de estos asuntos y centra todo su discurso en las política sociales.

Nuevos votantes

A ellos, y a los nuevos votantes, otro sector en el que el PSOE ha detectado dificultades, se dirigió de manera especial. «Os propongo cuatro años mejores que los cuatro años que hemos vivido, con un Gobierno fuerte -remarcó- y una mayoría amplia para que pueda llevar adelante todo el programa: más política social, más derechos, convivencia, nunca de crispación».

Prometió que nunca cambiará sus principios. Presumió de haber logrado que Estados Unidos haya aprendido que «debe respetar la voluntad de los españoles», y dijo que éstos podrán ir con la cabeza alta por el mundo porque formarán parte de un país que dedica el 0,7% de su PIB para la ayuda al desarrollo. Y, como tocaba en Aragón, garantizó que mientras sea presidente del Gobierno «no habrá trasvase del Ebro».