![](/cadiz/prensa/noticias/200803/03/fotos/028D7CA-ESP-P1_1.jpg)
Aznar irrumpe en la campaña de Rajoy, que hace una demostración de fuerza
El ex presidente y el candidato comparten un mitin por primera vez y piden el voto de la izquierda
Actualizado: GuardarLa plaza de toros de León estaba a rebosar y José María Aznar llegó acompañando de Mariano Rajoy. El líder del PP quiso dar un golpe de efecto invitando a su predecesor a compartir mitin con él, por primera vez, y demostrar así que acude a estas elecciones con el bagaje de los gobiernos de Aznar y un discurso sin complejos a favor de la unidad de España, un modelo económico experimentado en 1996 y una política antiterrorista que sólo busca la derrota de ETA sin paliativos.
«¿Vamos a mandar a Zapatero a casa!», clamó Aznar nada más subir a la tribuna y la audiencia rugió de entusiasmo. Esa fue la sorpresa que se llevaron algunos dirigentes, que creían tener convencidos de antemano a sus seguidores. Pero «las cuentas no salen», explicó después un dirigente con las encuestas todavía presentes, en las que el PSOE sigue siendo el favorito de los votantes.
El equipo de campaña había planificado minuciosamente el protagonismo de Aznar, al que redujo a la mínima presencia para hacerle coincidir con el candidato, precisamente, la víspera de su decisivo debate con Rodríguez Zapatero. «Es una demostración de fuerza», explicaba un directivo del PP.
Aznar y Rajoy coincidieron en el mismo discurso y argumentos en sus intervenciones y también ambos pidieron el voto para un proyecto que «no es de derechas ni de izquierdas», en palabras del candidato.
Mayoría razonable
«Estas ideas básicas -dijo- pueden tener el apoyo de una mayoría que, a lo mejor no se entusiasma con el PP, a lo mejor no se entusiasma con Mariano o piensa que yo tengo el bigote torcido, pero siente que estas preocupaciones las puede interpretar mejor Mariano Rajoy». El ex presidente pidió una «mayoría razonable» para el aspirante del PP a La Moncloa y dijo que «cuantos más en la izquierda piensen que merece la pena apostar por las cosas serias, mejor» porque avisó de que «vienen años duros en economía», es necesario fortalecer la convivencia, defender a España y a su bandera y derrotar al terrorismo.
Rajoy optó por ofrecer un mitin de perfil bajo y no compitió con su predecesor, al que apenas dedicó unas palabras de agradecimiento al prometer que «en mi memoria, en mi cabeza y en mi corazón estarás siempre». Repitió los chascarrillos habituales, pero añadió algunos mensajes previos al debate y dijo que Zapatero no querrá hablar de economía ni de inmigración sino que intentará regresar al pasado y prometió que «tendrá que dar cuenta de su gestión y de lo que va a hacer en el futuro porque yo se lo voy a exigir».
Reclamó el apoyo a un proyecto «en el que caben todos», acusó al candidato socialista de huir de la moderación, el equilibrio y la razón porque «va como un poseso a pedir el voto de los radicales».