"Como es lógico, no alimento nada más que la hipótesis de la victoria"
Actualizado: GuardarJavier Arenas lleva miles de kilómetros a sus espaldas. Con las experiencias recogidas en cada rincón de Andalucía y un programa cargado de proyectos novedosos para esta Comunidad, pasará otra vez el examen de los andaluces en las urnas el próximo domingo. Seguro, con un discurso medido y claro, aborda los principales retos de Andalucía y realiza balance de la legislatura.
–Casi cuatro años recorriendo Andalucía, ¿han merecido la pena?
–Sí, porque me he enamorado más todavía de Andalucía. He podido conocerla con mucho más detalle, he descubierto nuevas realidades en muchísimos municipios de nuestra tierra; he hablado con miles y miles de personas; he compartido inquietudes, preocupaciones de futuro y eso ha hecho que nuestra tierra me apasione mucho más todavía. Independientemente de los resultados de las elecciones, que espero que sean muy buenos, la verdad es que ha merecido la pena.
–Dentro de esas realidades de las que hablaba, ¿cuál es la imagen que más le ha impactado?
–Una residencia de niños con niveles muy altos de discapacidad en Huelva y, sobre todo, una reunión muy profunda y, a la vez, tremendamente dura, con mujeres víctimas de malos tratos en un centro de empleo de Almería para mujeres maltratadas, que me produjo un impacto extraordinario.
–¿Se queda con algún pueblo?
–Con Olvera, evidentemente, por razones de afectividad; con Aracena en Huelva, con Constantina en Sevilla, con Tarifa en Cádiz, con Ronda en Málaga, Salobreña en Granada, Felix en Almería, con la plaza de Porcuna de Jaén y con la plaza de Lucena en Córdoba.
–En el debate a cuatro por fin le dijo a Chaves directamente su famosa frase de «Manolo, si somos los primeros, por qué vamos los últimos» y Chaves le contestó con otra pregunta, al decirle que si vamos los últimos por qué el PP lleva 25 años en la oposición.
–Esa no es una explicación válida porque quien tiene que responder de la gestión de su gobierno es él. Y que el PP nunca debe de ser una coartada para el atraso en el que han sumido los socialistas a Andalucía.
–¿Qué opina de los otros tres candidatos andaluces?
–Chaves es un hombre que tiene mucha experiencia, pero no transmite ilusión y no ha sabido liderar los deseos colectivos de Andalucía. Creo que el señor Valderas es un político curtido, hecho desde la base local de su municipio, desde el movimiento reivindicativo, y que tiene el problema de la cohesión interna de su organización. Y el señor Álvarez todavía es un melón por calar, al que le queda experiencia por asumir en el terreno autonómico y que, en cierto modo, está pagando el peaje de los ocho años de colaboración del PA con el PSOE.
Tres planos
–El otro día hablaba de las ‘corruptelas’ socialistas, ¿a qué se refería concretamente?
–Me refiero a los permanentes abusos, cuando se confunde la administración pública con el propio PSOE, cuando se usa la administración en beneficio del PSOE; cuando se abusa discriminando a los alcaldes; cuando alguien puede tener más oportunidades ante la administración pública si es del PSOE. Me refiero a los abusos en los medios de comunicación pública, como si fueran propiedad del PSOE; a los abusos con la publicidad institucional en nuestra tierra, haciendo propaganda a favor del PSOE. Utilizar, en su conjunto, las instituciones públicas como si no fueran de todos.
–Dígame algo positivo de Chaves.
–Sin duda, algo positivo para Andalucía ha sido la A-92, aunque siempre lamento que se inaugurara en Almería en el año 2002.
–¿Cuál es el mayor error que ha cometido el Gobierno de Chaves en estos cuatro años?
–La falta de ambición y no poner ni una sola reforma encima de la mesa, vivir de la inercia y apostar siempre por una foto fija de Andalucía sin ningún tipo de cambio social y cambio económico.
–¿Cuál es el primer proyecto que va a poner en marcha de manera urgente si llega a la Presidencia de la Junta?
–Yo hablaría de tres planos. En el político, la limitación de mandatos a ocho años en la Presidencia de la Junta y que no vuelvan a coincidir las elecciones andaluzas. En el económico, la rebaja fiscal con la inmediata supresión del impuesto de donaciones y sucesiones. Y en el terreno social, poner en marcha la reforma educativa y el plan individual de lucha contra los malos tratos.
–¿Cómo se imagina Andalucía en el 2012 si gobernaran los socialistas y cómo la observa si en esos cuatro años lo hiciera el PP?
–Si el Gobierno socialista continuara, en el año 2012 tendríamos que decir «Andalucía, más de lo mismo, sigue en el furgón de cola». Si hubiera un gobierno del PP, se podría decir «Andalucía ha despertado y le está disputando el liderazgo a Madrid, a Cataluña y a la Comunidad Valenciana».
–¿Por dónde puede despertar Andalucía?
–Con menos poderes públicos y más sociedad. Los puntos clave están en la confianza en nosotros mismos, en volcarse con cualquier tipo de emprendedor que esté dispuesto a poner encima de la mesa un euro para crear empleo, en el respeto profundo al medio ambiente, siempre que ese respeto no impida el crecimiento económico y la creación de empleo. Sobre todo, hay que saber que los liderazgos no los regala nadie, sino que se consiguen a base de tener un gobierno ejemplar y de ser los que mejor administremos los fondos públicos y los que mejor gestionemos las confianzas que tenemos, más que reivindicar.
–En el supuesto más negativo de que no ganase las elecciones, ¿va a continuar en la política andaluza?
–Mi futuro político pasa absolutamente por Andalucía. La página de la política nacional está ya superada, aunque he tenido muchas oportunidades y, como es lógico, no alimento nada más que la hipótesis de la victoria. A partir del día 10 de marzo hablaremos.
«Se les echa de menos»
–En el caso de que Chaves perdiera la mayoría absoluta, ¿estaría dispuesto a gobernar con el apoyo de otras fuerzas políticas?
–Yo quiero gobernar si somos la candidatura más votada en Andalucía, porque significará que ha habido un deseo rotundo de cambio en nuestra comunidad. Quiero que el PSOE respete también la lista más votada y no buscaré una alianza de perdedores para gobernar en Andalucía.
–¿Echa de menos a políticos andaluces, sobre todo en IU, como pudo ser Luis Carlos Rejón?
–Creo que Anguita y Rejón han sido las dos grandes referencias de IU en Andalucía y se les echa de menos porque tenían y tienen una gran talla política, intelectual y también humana.
–El lema de su campaña es ‘Cambiar a mejor es posible’. Se pueden ver los cambios en el PP andaluz, que no es el mismo partido. ¿Qué es ahora el PP que no era cuando usted llegó?
–Los grandes avales de nuestro cambio a mejor están en los ocho años de gobierno de José María Aznar, en las comunidades autónomas donde gobernamos, en las 150 alcaldías que desempeñamos en Andalucía y en un Partido Popular cada día más renovado que ha renovado el 50% de sus estructuras y que obtuvo el mejor resultado de su historia en las elecciones municipales.
–El lema, ¿qué significa?
–Que para nadie el cambio es un riesgo, que vamos a respetar lo bueno que se ha hecho en Andalucía y que lo que queremos es cambiar las cosas que no funcionan. Pone de manifiesto el profundo respeto hacia las personas y que nadie debe verse amenazado en su condición individual y en su vida por una llegada del PP al poder en Andalucía.
–Chaves ha insistido en estos cuatro años en que teníamos un gobierno amigo en Madrid. ¿Qué le va a exigir al Gobierno central si es presidente de la Junta?
–Todo el mundo sabe que el Gobierno de Zapatero ha sido un gobierno amigo de los nacionalistas. Andalucía se ha visto perjudicada en el terreno económico y Andalucía se ha visto perjudicada en la política de aguas, por ejemplo. Gobierne quien gobierne en Madrid, hay tres cuestiones básicas que tenemos que reivindicar los andaluces: La igualdad de derechos de los españoles y, en especial, de los andaluces, para que no tengamos menos oportunidades; una financiación justa y equilibrada sobre la base de un criterio único, que es el de la población y la política de aguas.
Carretera y manta
Sigo, una vez más, con el baúl de la Piquer». Javier Arenas ha hecho de esta expresión que repite en cada mitin, en cada acto, una realidad en los últimos cuatro años. Tras la debacle electoral en Madrid en los anteriores comicios, Mariano Rajoy le hizo el encargo de recomponer el partido en Andalucía y aspirar a gobernar esta tierra. Su bagaje y experiencia eran, hace cuatro años, el único aval para reflotar las filas populares.
El ministro del trabajo, como lo han bautizado los responsables del PP andaluz, se puso manos a la obra. En aquel momento, cualquier estrategia se presentaba complicada. Para empezar, Arenas no estaba dentro del Parlamento andaluz, lo que lo separaba de los grandes debates y del día a día de la política andaluza. Quizás fue una suerte. Con sobrada experiencia en el funcionamiento de la administración y conocedor de sus entresijos, después de ocupar la cartera de Administraciones Públicas con el Gobierno de José María Aznar (julio de 2002-septiembre de 2003), lo que le faltaba era el contacto con el pueblo andaluz.
Arenas planteó entonces una meritoria estrategia que le colocaba, a cuatro años vista de las elecciones, casi a diario en una provincia distinta. Primero tuvo que poner orden en sus filas, porque cuando regresó a Andalucía había demasiadas heridas abiertas. La más profunda, la de Almería, que le ha costado al PP casi 20.000 votos en las elecciones municipales, de las que su partido ha salido airoso: 150 alcaldías
Arenas es todo un líder. Oyó hablar de política, por primera vez, en el colegio Claret de Sevilla –donde estuvo interno ocho años–. En sus aulas también se formó Felipe González años antes. Pero su primer contacto con la política lo tomó en la Universidad de Sevilla, donde se licenció en Derecho. Ingresó en 1977 en el Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Fernando Álvarez de Miranda, con el que se integró posteriormente en la Unión de Centro Democrático del entonces presidente del Gobierno Suárez.
Desde entonces, siempre ha despuntado. En mayo de 1983 se convirtió en el concejal más joven del Ayuntamiento de Sevilla, con 26 años.
Pronto ingresó en el PP y tomó las riendas del partido en Andalucía, siendo elegido en 1993, con 35 años, presidente regional.
Entonces recibió el encargo de José María Aznar de conducir el viaje al centro del partido en Andalucía e intentar desalojar a los socialistas de la Presidencia de la Junta. Aunque no logró derrotar a Manuel Chaves en ninguna de las dos ocasiones que lo intentó, 1994 y 1996, sí consiguió, tras iniciar una intensa renovación en el seno del PP, acercarse peligrosamente a su eterno rival.
Arenas logró en las elecciones de 1994 un ascenso histórico situando al PP de 26 diputados a 41 en la Cámara andaluza en una legislatura en la que el PSOE (45 diputados) perdió su hegemonía absoluta. El ascenso continuó en las municipales de 1995, donde el PP obtuvo alcaldías en todas las capitales andaluzas. Contaba con ganar a Chaves en 1996, pero no pudo ser. La desilusión se vio compensada pronto porque Aznar, que acababa de ganar las generales, nombró a Arenas ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, comenzando su periplo en Madrid. El candidato popular –que está casado con la sevillana Macarena Olivencia y tiene tres hijos– regresó en 2004 para retomar las riendas de un partido que siempre lideró y para volver a intentar derrotar a Chaves. El domingo será su tercera oportunidad.