LAS PALMAS. José Luis Rodríguez Zapatero, al comienzo del mitin en la ciudad canaria. / EFE
ESPAÑA

Zapatero reprocha al PP su discurso «xenófobo» con los inmigrantes

«La derecha habla de ellos como si fueran mercancías, y son los mismos que luego van a misa» El candidato socialista critica en Las Palmas los pactos de perdedores que desbancan del poder al partido más votado

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Sigue habiendo un abismo entre el discurso de José Luis Rodríguez Zapatero sobre inmigración y su programa electoral. Un abismo que tiene inquietos a algunos de sus asesores electorales.

El jefe del Ejecutivo mantuvo ayer en Canarias la promesa que, de forma más o menos directa, introduce en la mayor parte de sus mítines. «Mientras sea presidente del Gobierno -dijo- todas las personas serán tratadas con dignidad».

Ni siquiera su presencia en una tierra abrumada por la afluencia de cayucos le hizo poner el acento en el control de las fronteras. Y eso que la oferta con la que los socialistas se presentan a las elecciones del 9 de marzo habla del refuerzo de los medios policiales e incluso apuesta por «garantizar que la entrada de trabajadores extranjeros no suponga una merma de las condiciones de trabajo de los españoles y extranjeros residentes» y por supeditar su admisión a que «no existan los suficientes y disponibles en España».

Zapatero aseguró que siempre ha sido partidario de la inmigración legal y defendió que, durante esta legislatura, se ha trabajado para devolver y repatriar a quienes no cumplían con los requisitos preceptivos. Pero fue sólo una frase perdida en su discurso. Ni ofreció datos ni le dedicó más atención al asunto. Su mensaje era otro. «Siempre estaré en frente de quien haga un discurso para excitar las bajas pasiones y la xenofobia porque detrás de un inmigrante y antes de un inmigrante hay un ser humano», dijo. «Y la derecha habla de ellos como si fueran mercancías, -añadió- hablan de importar trabajadores extranjeros, o como si fueran potenciales delincuentes y les quieren exigir un papel. ¿Y son los mismos que van todos los domingos a misa y dicen que comulgan? Eso, es hipocresía».

Los socialistas están preocupados porque aseguran que su Gobierno ha sido el que ha gestionado de manera más eficaz la inmigración y el que mayor número de repatriaciones ha efectuado: el 92% de quienes entran de forma ilegal en España, según el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Y, sin embargo, han perdido la batalla de la opinión pública frente al PP.

Sembrar el miedo

El hecho de que los populares hayan reconocido en la prensa internacional que utilizan la inmigración, junto a la economía, para agitar la conciencia de una parte del electorado socialista susceptible de quedarse en casa el próximo 9 de marzo, sirvió de nuevo al presidente del Gobierno para restar credibilidad al discurso de Rajoy. «Sólo tienen expectativas de ganar si meten miedo a la gente, pero ¿qué poco conocen a la España democrática! Este país no teme ni a la derecha, que ya es decir», exclamó.

Del mismo modo que el PP aprovecho la confesión de Zapatero al periodista Iñaki Gabilondo sobre su estrategia electoral de tensión y dramatización, los socialistas se disponen ahora a aprovechar al máximo la explicación del secretario de Comunicación del PP sobre los objetivos de su campaña. «La abstención -subrayó el presidente del Gobierno- es el voto más triste y este es un país alegre, decidido y con ganas de futuro ¿A votar mayoritariamente!», animó.

El mensaje local fue contra el Gobierno canario, al que acusó de obstruccionista.

Pero en la crítica acabó tirando piedras contra su propio tejado porque una de sus principales críticas fue la de que se trata de un «pacto de perdedores» (PP-Coalición Canaria). Una coalición idéntica a la que los socialistas forman en Galicia con el BNG, en Cataluña con ERC e Iniciativa, en Cantabria con Miguel Ángel Revilla o en Baleares. HOY I Mitin en la Plaza de toros de Zaragoza, junto al presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, y el alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch.