Vendo mi voto
LA GLORIETA Aún bostezo al recordar el esperado debate electoral entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición. Zapatero y Rajoy rivalizaron en cifras, estadísticas y gráficos, que recordaban a los que incluíamos en nuestros trabajos de carrera para darle un toque creíble a nuestros análisis inspirados en el google. Pero ambos políticos guardaron en el cajón el lenguaje de la calle, las reivindicaciones básicas y cómo afrontar los problemas que día a día ahogan a los ciudadanos.
Actualizado: GuardarUn buen ejercicio para captar electores sería que tanto Rajoy como Zapatero pegaran la oreja en sus paseos por los mercados, que no se limitaran a hacerse la foto amable del día y realmente escucharan lo que se cuece en cada esquina. En esas mismas donde se sacude con fuerza verbal a las compañías telefónicas, que suelen ser las más denunciadas por los consumidores y nadie las mete en cintura; mientras, año tras año, engordan sus resultados.
Me imagino que si se aplicara una política dura de penalizaciones por cada servicio deficitario o abusivo que prestan, se tomarían más en serio la atención al cliente y no la dejarían en manos de telefonistas aleccionados para que te respondan sin escuchar lo que dices.
No hay nada más frustrante que sentirse como la falsa moneda, que va de oreja en oreja de estos operadores, sin que ninguno te resuelva la queja. Y el choteo se hace cabreo cuando encima la persona que te atiende te ofrece un número de reclamación, que tiene la misma validez que un bonobús gastado, para calmar tu irascibilidad.
Yo no vendo mi voto en internet, lo regalo acompañándolo de mi alma a cambio de que estas empresas que se enriquecen en medio de la crisis, no se queden con un euro de más.