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La opinión pública turca lamenta que el Ejército desaproveche la ocasión de acabar con el PKK
Ankara decide retirar las tropas del norte de Irak, veinticuatro horas después de que la cúpula militar anunciara una operación prolongada
Actualizado: GuardarLas tropas del Ejército turco se retiraron ayer del norte de Irak tras completar una operación militar de castigo durante ocho días contra el grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), informó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas en un comunicado, refrendado más tarde por el ministro de Exteriores del país pérsico, Hoshyar Zebari, que se felicitó por la decisión tomada por el Gobierno de Ankara.
La cúpula castrense otomana aseguró que cierra la operación con un balance de 240 militantes del PKK muertos y la destrucción de las infraestructuras de la organización rebelde en el país vecino, principalmente en torno a la base de Zap, por lo que considera que los objetivos planeados fueron «cumplidos». La nota del Ejército subrayó que el fin de la misión no era la total neutralización del PKK, sino «mostrar a los terroristas que el norte de Irak no es un lugar seguro».
Los militares lamentan la pérdida de treinta soldados, seis de ellos paramilitares de la Guardia Rural -kurdos leales a Ankara-. No obstante, el PKK asegura haber matado a más de un centenar.
La retirada fue observada con sorpresa por la opinión pública turca, que se preguntó a qué razón obedecía cuando veinticuatro horas antes desde el Ejecutivo se aseguraba que la misión podría prolongarse durante un tiempo indeterminado. Sin embargo, en res- puesta a los rumores que afirmaban que la decisión se produce ante las advertencias de Estados Unidos, el comunicado del Estado Mayor del Ejército añadió que «el inicio y el final de la operación fue decidido por nosotros en base a razones y necesidades militares».
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, quien el jueves se entrevistó con los máximos mandatarios de Turquía, había avisado repetidamente de que Washington creía que la presente ofensiva debería ser lo más corta y precisa posible, el mismo mensaje dado el jueves por el presidente norteamericano, George W. Bush. La respuesta fue que Turquía regresaría «cuando se cumplieran los objetivos planeados». El jefe del Estado Mayor, Yasar Büyükanit, respondió que «un tiempo corto es un concepto relativo. A veces un día, a veces un año. Hemos luchado contra el terrorismo del PKK durante veinticuatro años. Estados Unidos lleva en Afganistán desde hace seis».
El ministro de Justicia, Mehmet Alí Sahin, explicó que la autorización parlamentaria aprobada el pasado octubre para que Gobierno y Ejército decreten operaciones transfronterizas contra el PKK tiene un plazo de un año y volverá a utilizarse «si es necesario».
Acuerdo previo
Cengiz Çandar, periodista conocido por su experiencia en las relaciones turco-estadounidenses, cree que el fin de la operación fue pactado con la Casa Blanca en un acuerdo previo a la invasión. «Intervenciones transfronterizas parecidas podrían producirse tras ésta. La retirada no significa que no se vayan a realizar más incursiones. Al contrario, al acuartelar a las tropas en un período acordado desde el mismo comienzo, Turquía se ha ganado la confianza norteamericana y pueden repetir campañas similares», analizó Çandar. Sin embargo, otros analistas vieron la presión de Washington tras la detención de la operación.
«¿Qué cambio en un día! Ayer, el enviado especial del primer ministro en Bagdad decía que la operación duraría hasta que la región fuese totalmente limpiada del PKK», protestó Onur Öymen, vicepresidente del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP). «Como ciudadano de este país me siento avergonzado. Nadie puede convencer a la gente ahora de que la operación fue detenida sin la intervención de Washington», se quejó Cüneyt Ülsever, columnista del diario 'Hürriyet'.