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HALLAZGO. Una de las residentes descubrió los restos ante su puerta, gracias a los ladridos del perro.
Jerez

Feto por liebre

Vecinos de Guadabajaque se encontraron ayer en plena calle los restos de lo que parecía un embrión humano y que finalmente resultaron formar parte del paquete intestinal de algún roedor de gran tamaño

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Un curioso suceso acontecido en Guabajaque en la mañana de ayer puso en jaque a los servicios sanitarios y policiales de la ciudad. Aunque finalmente se trató de una falsa alarma, la confusión fue tremenda durante toda la jornada, y las vecinas que descubrieron lo que parecía un feto humano aún tienen el susto en el cuerpo. Los hechos sucedieron a eso de las 10.30 horas, cuando una residente de la urbanización se topaba en la calle Finlandia con un vehículo cuyo exterior presentaba llamativas manchas de sangre.

La vecina de una de las viviendas más próximas ha relatado que entonces su perro comenzó a oler la puerta ladrando desaforadamente, y que cuando se decidió a abrirla se topó con los restos en cuestión. Impresionada por el hallazgo, esta señora llamó de inmediato al servicio del 061, que remitió los hechos a su vez a la Policía. Según fuentes del Servicio Andaluz de Salud, los sanitarios no intervinieron en ningún momento, puesto que lo descubierto no requería asistencia alguna, al carecer de vida, además de desconocerse la naturaleza exacta de los restos.

La confusión creció por momentos y muchos apuntaron a que se trataba efectivamente de un feto abandonado, versión que incluso mantuvo en un principio el servicio de emergencias del 112, que a lo largo de la tarde rectificó, precisando que se trataba de un embrión de 7 centímetros con un origen desconocido. Cuando los funcionarios de la Policía Científica se personaron en la calle Finlandia para tomar huellas y estudiar los restos y el vehículo, diversas fuentes apuntan a que el coche ni siquiera se encontraba ya en el lugar en cuestión.

Como la duda persistía y los agentes desconocían a ciencia cierta si el supuesto embrión era humano o no, decidieron mandarlo al Instituto Forense de Cádiz, donde, según la Subdelegación del Gobierno, se realizó una toma histológica del tejido, para concluir que se trataba de una parte del paquete intestinal lleno de forraje de un roedor, probablemente un conejo de grandes dimensiones.

Fuentes de la investigación también han corroborado que finalmente los restos pertenecían a un animal, como así se hizo constar ayer en las diligencias policiales, aunque no supieron concretar si se trataba de un conejo o un gato, o incluso de un cordero, como igualmente se barajó en determinados momentos. Las vecinas, por su parte, recuerdan el suceso con estupor, y, evidentemente, en el corto espacio de tiempo que llevan residiendo en la citada zona nunca se habían encontrado con nada parecido. Aunque lo hallado resultó, cuanto menos, desagradable, dan gracias a que no fue lo que en principio se pensó y no se descubrió correspondencia humana alguna, lo que hubiera desatado probablemente una gran preocupación social y una investigación policial.

Otra consideración aparte merece el hecho de cómo pudo llegar algo semejante a la puerta de una vivienda, sin descartarse que fuese obra de un bromista. Por lo que respecta al vehículo, todo apunta a que el propietario o conductor se topó de bruces con los restos cuando iba circulando por la mencionada vía pública.