A palo seco

Raíz mineral

Miguel Flores 'Capullo de Jerez' se lamentó por martinete y no dejó indiferente a nadie

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Que nadie es profeta en su tierra, es un dicho al que estamos acostumbrados y que se utiliza para relativizar el hecho de que los artistas sean auténticos triunfadores en su lugar de origen. Pero si hay alguien que es querido en Jerez, ese es Miguel Flores Quirós, Capullo de Jerez.

Del barrio de la Asunción, flamenco por todas sus esquinas, es el cantaor que dio la pasada noche del jueves una muestra de lo que es el flamenco en la actualidad, en un recital que no dejó indiferente a nadie. La bodega de Los Apóstoles acogió a su gente en el escenario y a sus más fervientes admiradores y aficionados en las sillas dispuestas en toda la coqueta salita, que mostró un completísimo para escuchar su cante. Incalificable la soleá por bulerías con la que abrió su repertorio, que, en tiempos de soleá, cadenciosas y ralentizadas, imprimió una magia que envolvía la calidez de su cante. Pocas veces hemos escuchado a Capullo cantar así, tan templado, tan discreto a la par de expositivo. Tanda de fandangos de buen gusto y atrevimiento con un martinete, que no forma parte de su elenco cancionil regular, fueron los siguientes pasos en el escenario. Y por supuesto presentó su carnet de identidad ante las autoridades aficionadas en los tangos inconfundibles de etiqueta Capullo de Jerez.

La flor de la canela se respiraba en ellos como en su último disco, el cual está promocionando actualmente. Compás como nadie, el jerezano domina estos estilos y se jacta de ello en cada remate, en cada tercio, sin vacilar y de forma natural. Corta interpretación, o más bien se nos hizo corta su presencia en el escenario, cuando anunció que finalizaba con bulerías. Universalizando el flamenco las presenta como «bulerías de todas las Naciones» debido a la gran cantidad de público extranjero que se acercó a la bodega para su disfrute. Y no defraudó.

Si hay alguien que puede, ése es Flores que completó las chuflas incluyendo seguiriyas por bulerías, completando la cuadratura que supone desarrollarlas en la amalgama de forma magistral. Enganchá en oro y marfil, como si de Antonio Chacón se tratara, también incluyó la granaina en la bulería.

Hablar de Capullo de Jerez es hablar de cante festero, de compás de conocimiento y sabiduría, no siempre bien reconocida por los aficionados. Lección de humildad de Flores que se acompañó de Manuel Jero en la sonanta y el compás de los hermanos De la Tota Jerezano y andaluz, al igual que en la pasada noche en el mismo auditorio hiciera Calixto Sánchez por tangos, Capu recitó el Himno de Andalucía por bulerías para terminar dándose una pataíta de gracia. Lección de arte de un Miguel sosegado y cabal que mostró lo que tiene de forma intachable.