Ilustración cedida por Pepe Yáñez.
Tándem

Decíamos ayer

Decía este servidor en uno de los artículos del pasado Festival de Jerez que si tuviera que elegir entre dos infiernos, uno preferiría un menage a trois con María Antonia Iglesias y Pilar Urbano que encerrarse en un cuarto de cabales con ciertos cantaores que, de puro siesos, te pueden conducir a la desesperación y el suicidio. En cuestión de horas.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ayer compartí mesa en Los Apostoles con unas cursillistas francesas -bendita decisión- para oir a Capullo. Miguel estuvo no voy a decir glorioso, pero sí muy bien, centrado, a gusto y en buena compañía. Yo lo vi sobrao de voz y de ánimo, gustándose mucho en algunos palos como la bulería por soleá o los fandangos.

Un recital breve y por derecho de un profesional -por cierto, con muy buena presencia dentro de lo que cabe-, sin más extravagancias que su compás y su eco particular. Así pareció entenderlo el público, especialmente mis compañeras de mesa, que se partieron las manos aplaudiendo y escucharon respetuosamente al señor Flores. Hasta aquí todo normal, pero lo curioso es que lo que me ocurrió a continuación se está convirtiendo en más habitual todavía: encontrarte con tres o cuatro aficionados jerezanos explicándole a su particular foro de guiris que lo que acababan de ver y oir no era el auténtico Capullo de Jerez. Me imagino que esperaban que no apareciese o tuviera un desplante a mitad del espectáculo.

Le está pasando también a El Torta y empieza a resultar preocupante. Parece que a la afición local y a cierta crítica les moleste que sus ídolos normalicen su vida personal y profesional. Que con su arte se ganen sus buenos jurdeles sin locuras ni extravagancias.

Actualizando la comparación del principio de esta columna, sustituyamos a las periodistas antedichas por Carmen Hornillos y María Patiño. Y aquellos artistas de mal fario por estos toca madera de andar por casa.

¿Que vivan Patricia Conde, Pilar Rubio, El Torta, Capullo y las tres francesas que me tocaron en suerte!