Erradicar el maltrato
Actualizado: Guardaros candidatos tardaron en reaccionar ante el asesinato de cuatro mujeres a manos de sus ex parejas el pasado martes. Pero ninguno supo precisar qué medidas propone para aplicar o complementar la vigente ley. «Policías especializados, jueces especializados, medios telemáticos y mucha prevención» prometió Rajoy. Zapatero prometió convocar a los presidentes autonómicos para trazar un plan conjunto. Llamazares apuntó que «no sólo es una cuestión penal». Y la Federación de Municipios anunció la inmediata creación de una comisión intersectorial. Sin embargo, nadie parece capaz de aportar la clave para atajar el problema. Seguramente porque no hay una clave precisa, cosa que debería admitirse de entrada. En vez de referirse a la ley calificándola de insuficiente, sin más, quizá fuese mejor que todas las formaciones políticas se atuvieran a su articulado, realzaran su valor y debatieran sobre cómo ponerla en práctica más eficazmente. La casuística está ahí: un tercio de los casos son protagonizados por inmigrantes, un tercio por hombres ya denunciados por malos tratos o amenazas, y la mitad de todos ellos se produce inmediatamente después de que se haya conocido un asesinato. El cuadro resulta tan endiablado que requeriría un intenso servicio de protección de las mujeres que corren peligro, una aplicación más estricta de las medidas de alejamiento y la extensión de la alerta social frente al primer indicio de maltrato. Porque, al final, es el maltrato lo que ha de erradicarse de la sociedad española para poder erradicar el asesinato machista.