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Siete detenidos en una batalla campal en Madrid
Los antidisturbios cargan contra neonazis y antisistemas que se iban a manifestar en la plaza de Tirso de Molina
MADRID Actualizado: GuardarEl encontronazo de un grupo de neonazis con otro de antisistemas provoca una batalla campal en el centro de Madrid. Decenas de antidisturbios del Cuerpo Nacional de la Policía (CNP) han tenido que cargar con pelotas de goma y gases lacrimógenos contra más de dos centenares de antifascistas y neonazis congregados en los alrededores de la plaza de Tirso de Molina, donde ambos habían previsto celebrar sendas manifestaciones.
Grupos de radicales de izquierdas se han enfrentado a la Policía en el céntrico barrio madrileño de Lavapiés cuando acudían esta tarde a "reventar" una concentración convocada por el grupo ultraderechista "Nación y Revolución". Los radicales han quemado algunos contenedores con los que montaron barricadas y han lanzado objetos contundentes a la Policía.
Finalmente ha habidos siete arrestados por causar daños en el mobiliario urbano, contenedores, vehículos y cajeros y han sido trasladados a la Brigada Provincial de Información, según fuentes de la Jefatura Superior de Policía. Piedras, ladrillos y material urbano han servido a los violentos para agredir a los agentes de la Policía, al tiempo que han atravesado algunos vehículos en algunas calles y han levantado barricadas a las que han prendido fuego.
Para evitar mayores altercados, los agentes han desalojado la plaza, mientras que el grupo de ultraderecha, que había convocado un acto electoral a las 20: 30 horas con la autorización de la Delegación de Gobierno en Madrid, han permanecido en la boca del Metro de Tirso de Molina.
Los vecinos ya habían advertido del peligro
La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) y la asociación vecinal La Corrala de Lavapiés habían solicitado que no se autorizase la concentración ultraderechista convocada para las 20.30 horas, en la plaza de Tirso de Molina por el partido Nación y Revolución para evitar problemas de "inseguridad" debido a que el 40% de la población de la zona es inmigrante.
Las dos entidades aseguraban no entender que la Junta Electoral Central diese el visto bueno a un acto promovido por una organización "abiertamente racista y xenófoba" que podrían causar "graves problemas de seguridad ciudadana". Las asociaciones vecinales solicitaban a la Junta Electoral que rectificase su postura y prohíbiese finalmente una actividad en la que temíann que se instigase "la violencia y el odio racial".
Las dos entidades habían advertido de que la actividad de grupos como Nación y Revolución alienta "el racismo, el fascismo y la xenofobia" y es una "amenaza para la convivencia pacífica de los vecinos de los barrios de Madrid". Tanto la FRAVM como La Corrala defienden barrios "donde haya lugar para personas de todas las culturas, etnias y procedencias".