LÁGRIMAS . Consuelo González, compañera de cautiverio de Betancourt, es consolada por Delloye, primer marido de la ex candidata. / AP
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Dramática cuenta atrás para Betancourt

Francia, Colombia y Venezuela ruegan a las FARC que liberen a la ex candidata, inmersa en una «carrera hacia la muerte» por su estado crítico Sarkozy se ofrece para ir a buscarla a la selva

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La cuenta atrás corre para Ingrid Betancourt. Después de que los ex congresistas liberados el miércoles reiteraran la situación crítica de su estado de salud, ayer se multiplicaron las peticiones para que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) accedan a su liberación. Pero, todo apunta a que la guerrilla no está dispuesta a perder la 'joya de la corona' sin lograr un acuerdo humanitario.

Francia, la familia de Betancourt, otros ex rehenes e incluso el presidente venezolano, Hugo Chávez, coincidieron en la urgencia de aliviar sus padecimientos, incluidos los provocados por una reincidente hepatitis B. «Es una carrera contra la muerte», precisaba entre lágrimas en París Consuelo González, compañera de cautiverio liberada el mes pasado.

El Gobierno galo, profundamente involucrado en la lucha por la liberación de la ex candidata presidencial -de nacionalidad franco-colombiana-, enviaba angustiados mensajes. Desde Sudáfrica, el presidente Nicolas Sarkozy declaró estar dispuesto «a ir en persona a la frontera entre Venezuela y Colombia» para buscarla «porque es una cuestión de vida o muerte».

El inquilino del Elíseo incidió en los «abrumadores» testimonios de los ex rehenes, que relataron «una crueldad y una barbarie que sublevan el corazón», según dijo Sarkozy. «No pueden dejar morir a esta mujer», reclamó, al tiempo que advirtió de que la guerrilla debía «saber y entender que el martirio que imponen a Ingrid Betancourt es un martirio que infligen a Francia».

En la misma línea se pronunció su primer ministro, François Fillon. «Está enferma, se sabe, y ya se sabía desde hace varios meses (...) Tiene que ser liberada». Expresó que todos deben entender «y en particular las FARC, que el mundo entero les condenará si no liberan a Ingrid Betancourt cuanto antes». «Ahora es realmente responsabilidad de la guerrilla», que tiene «una cita con el juicio de la historia», manifestó.

Por su parte, el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien junto con la senadora colombiana opositora Piedad Córdoba es el único interlocutor que reconocen las FARC, hizo oídos sordos a la declaración de la guerrilla sobre el fin de las liberaciones unilaterales y su exigencia a la desmilitarización de dos municipios colombianos para crear una zona de despeje.

El líder bolivariano, consciente de su influencia, insistió en que seguirá «tramitando» la liberación de Betancourt. Mandó un mensaje directo a Manuel Marulanda 'Tirofijo', el máximo jefe de los rebeldes, para pedir que la rehén fuera trasladada a «un comando más cercano» al líder guerrillero. «Es posible que tú no sepas que las condiciones de su cautiverio son muy delicadas», agregó. Luego le recordó que es «la única mujer política que queda» en poder de la guerrilla tras seis años de secuestro.

Chávez realizó ese llamamiento en la noche del miércoles, después recibir a los ex legisladores recientemente liberados. La recepción tuvo lugar en el Palacio de Miraflores sin el impacto mediático creado cuando recuperaron la libertad Clara Rojas y González.

Gloria Polanco de Losada, Luis Eladio Pérez, Orlando Beltrán y Jorge Eduardo Géchem le expresaron su agradecimiento, al tiempo que, sin olvidarse de los otros cuarenta compañeros de cautiverio 'canjeables', manifestaron, «la esperanza absoluta» en que sus gestiones fructificarán.

Moderado

El ex senador Gechem, uno de los más enfermos, pidió a Chávez ayuda para «que ese tema del acuerdo humanitario sea posible». El gobernante bolivariano indicó que «yo no apoyo a las FARC, yo apoyo la paz en Colombia», y criticó, suavemente esta vez, a su homólogo colombiano Álvaro Uribe, por negarse a aceptar la creación de un grupo de países conformado por Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, España, Suiza, Francia y otros para buscar una negociación de paz.

El gobernante colombiano, por su parte, en un corto mensaje televisivo nocturno pidió a las FARC que busquen «con toda la buena fe el camino de la reconciliación (...). Que el pueblo está ya en una lucha inclaudicable contra el secuestro y contra las acciones terroristas, pero que el pueblo colombiano es un pueblo dispuesto al perdón, dispuesto a la reconciliación». Uribe explicó que el Ejercito había localizado el campamento donde estaban los rehenes liberados, pero que «no se operó militarmente para facilitar el rescate».