ROCA. Fue dueño del 50% del Xerez entre los años 2002 y 2004.
Jerez

La conexión malaya del Xerez

Roca usó la compra del club azulino para ocultar dinero conseguido en su saqueo al Ayuntamiento de Marbella

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La compra del Xerez por parte de Juan Antonio Roca fue diseñada en dos despachos de abogados, uno en Madrid y otro en Sevilla. Curiosamente, este último era el mismo bufete que se encargaba de defender los intereses de José María Gil Silgado, quien acabaría siendo presidente del club jerezano entre 2002 y 2004 gracias a esta operación. Ésta fue rápida y relativamente sencilla. El objetivo principal era que ni en la operación ni en la documentación correspondiente apareciese el nombre de Juan Antonio Roca. La fórmula empleada para ello fue la habitual en estos casos: recurrir a testaferros y a sociedades instrumentales.

La operación habría comenzado a gestarse a principios del año 2002. Gil Silgado era entonces un modesto constructor onubense con intereses en Marbella, así que no sorprende que conociese a Roca y, por lo tanto, que sus respectivos bufetes de abogados negociasen conjuntamente la compra del Xerez. El plan era simple: Silgado daría la cara y figuraría como presidente, pero en realidad no sería más que uno de los testaferros de Juan Antonio Roca en este asunto. Éste podría utilizar así la operación para ocultar parte del dinero conseguido en el saqueo urbanístico realizado en el Ayuntamiento de Marbella y del que él está considerado el cerebro, en lo que popularmente se conoce como caso Malaya.

Recurrieron a varias sociedades instrumentales, fundamentalmente Oven Five SL, Jovibel 2000 SL -controlaba los derechos de imagen del Xerez- y Triana 95 -hacía frente a buena parte de los gastos del club-. La negociación con Luis Oliver para la compra de la entidad fue rápida. De hecho, la operación era de lo más atractiva, ya que el equipo azulino, con Bernd Schuster en el banquillo, estaba a un paso de subir a Primera. Oliver, por su parte, se marchó de la ciudad y compró el Cartagonova, equipo, curiosamente, de la ciudad natal de Roca.

Pero el ascenso a Primera no se produjo y la etapa de Gil Silgado, con condenas por estafa antes y después de ser presidente azulino, fue de lo más convulsa. En Jerez aún se recuerdan los problemas con unos jugadores que no cobraban y que amenazaron en repetidas ocasiones con el plante. También heredó la guerra Xerez-Ayuntamiento de la etapa de Oliver, lo que obligó al equipo a continuar con su destierro y jugando los partidos como local en Sanlúcar. La situación y las relaciones con el entonces alcalde, Pedro Pacheco, mejoraron cuando terminaron las obras en Chapín y el conjunto pudo regresar a su estadio de siempre.

El gobierno en la sombra de Juan Antonio Roca concluyó en 2004 con la venta del club a Joaquín Morales, actual presidente y accionista mayoritario de la entidad jerezana, aunque se desconoce si durante mucho más tiempo, ya que está deseando deshacerse de sus títulos y negocia estos días la venta de los mismos a un misterioso grupo de empresarios de los que no se sabe demasiado.

El tándem Roca-Silgado estuvo dos temporadas en el Xerez Deportivo. Los rumores en la ciudad por aquel entonces ya apuntaban a alguna clase de conexión entre la propiedad del club y Marbella. Lo que casi nadie podía sospechar era que fuese del tipo ahora conocido.

La primera certeza de que el Xerez estuvo de alguna manera vinculado con el caso Malaya nació cuando la Policía Nacional registró un despacho de Juan Antonio Roca en el año 2006. Allí encontró, entre otros muchísimos documentos, un fax de un abogado sevillano. En él se indicaba que Roca y uno de sus testaferros (Óscar Benavente) le ordenaban llevar a cabo «un negocio jurídico» entre dos empresas, Jovibel y Triana 95, vinculadas ya en la fecha en cuestión (2003) al Xerez. El resto fue ir tirando del hilo.