Unos 1.000 agricultores y cazadores de la provincia se manifestarán en Madrid
Más de medio millón de cazadores y agricultores, 500 rehalas, 500 galgos y otros tantos tractores, halconeros y arqueros prevén cortar el Paseo de la Castellana de Madrid mañana sábado 1 de marzo en contra de la Ley de Patrimonio Natural y la Biodiversidad. Del total de manifestantes, al menos unos 1.000 serán de la provincia de Cádiz, según prevén las organizaciones convocantes -Asaja, la Real Federación Española de Caza (RFEC) y la Oficina Nacional de la Caza-.
Actualizado:Estas organizaciones consideran que la nueva norma se trata de una Ley «punitiva, ambigua, intervencionista y confiscatoria» y por ello el presidente de la RFEC, Andrés Gutiérrez Lara, reclamó ayer que desaparezcan los artículos de la Ley sobre los Espacios Protegidos, especialmente el que se refiere a la prohibición total de la caza con balas de plomo. Gutiérrez Lara califica a la ministra de Medio Ambiente de «mentirosa compulsiva» porque en ningún otro país existe una prohibición total, ya que en Francia está limitado su uso a una serie de humedales y siempre que se dispare de cara al agua.
Reclama además, al igual que el presidente de Asaja, Pedro Barato, la participación de los implicados en la elaboración de este tipo de leyes y anunció que su Federación rechaza participar en el Consejo Estatal de Biodiversidad que se reúne el 13 de marzo hasta que se cambie la Ley.
Barato, por su parte, rechaza las expropiaciones de terreno que contempla la Ley para los agricultores y considera que esta norma debería premiar a los agentes que conservan el medio rural, principalmente los agricultores y ganaderos, y no «criminalizarlos».
También resaltó que la caza es un complemento actualmente para la actividad ganadera y agrícola e incluso admite que una perdiz puede llegar a tener un mayor valor en algunas zonas del territorio que un cordero.
Desde la provincia, el gerente de Aproca Cádiz, Fernando García, apuntaba que «la Ley supone la mayor pérdida de libertad en la historia del campo». Primero porque la ley «soslaya la propiedad privada dejándola vacía y falta de contenido con un fin recaudatorio», concepto que, según García, provoca inseguridad en los propietarios. En segundo lugar, para él la ley constituye «la gota que colma el vaso para la caza. Si la libertad estaba de por sí mermada, esta aprobación le ha dado el toque definitivo», añade. Por último, insiste en que el texto contiene muchas normas que se solapan entre sí y «hacen inviable el desarrollo de cualquier actividad».
En cuanto al ámbito cinegético, Fernando García es claro en afirmar que de seguir así habrá una «paulatina desaparición de la actividad» y alertó de que en estos meses ya se están viendo la primeras consecuencias.