Positivo
Actualizado: Guardaromo supondrán, no me refiero a los puntos positivos con los que, en tiempos pasados, se premiaban los empates y los triunfos en los campos contrarios, sino al balance final del partido que el Cádiz ha jugado en el Nuevo Arcángel. Reconociendo los datos negativos que ya han reseñado los críticos -como, por ejemplo, la escasa concentración durante el primer tiempo, las desafortunadas lesiones, los dos goles encajados por fallos defensivos y, como consecuencia, el aumento de la distancia que separa de los puestos de ascensos-, opino que ahora sería más saludable que valoráramos los datos positivos de un equipo que ha ofrecido una imagen sensiblemente más gratificante que la que mostró durante la primera vuelta. Me fijo, en especial, en la confirmación de la calidad futbolística de Natalio, un jugador joven que, además de rapidez con el balón, posee una excelente visión de juego, unos sorprendentes cambios de ritmos, facilidad de desmarques, generosidad en las asistencias y precisión en los tiros a puerta. Más importante aún ha sido, a mi juicio, ese espíritu de lucha y ese afán de triunfo que el equipo evidenció en la segunda mitad. La remontada hasta lograr el empate a dos goles marca el camino que han de seguir los amarillos. En esta ocasión, el equipo ha jugado como debería haberlo hecho siempre, y ni siquiera han recurrido a las explicaciones de la mala suerte en los goles encajados. Nosotros también estamos de acuerdo en que el marcador no estuvo acorde con el juego desarrollado. No se ha recortado la distancia que lo separa con los de arriba, pero, si el equipo sigue funcionando así, servirá para que, al menos, se suavice ese malestar generado al comienzo de esta desgraciada temporada. Ojalá este espíritu de lucha haga crecer la autoestima de los jugadores y aliente las ilusiones de los aficionados. Es posible que, si mantienen la garra y la fuerza hasta el último partido, despierten de nuevo las ilusiones y nos olvidemos de algunos malos ratos pasados.