Que Dios nos coja confesados!
Comenzó oficialmente la campaña electoral y como hemos podido comprobar a lo largo de ¿toda esta legislatura parece que todavía no ha terminado la anterior. A lo largo de estos cuatro años muchos ciudadanos, entre los cuales me incluyo, nos hemos quejado del clima de crispación y menosprecio con el que en la mayoría de las ocasiones se han venido cruzando improperios los dirigentes de los partidos ¿de todos lo partidos!
Actualizado:Los portavoces, tanto del PP como del PSOE, se han comportado como autenticas «marías barriobajeras» acusándose, a veces hasta con expresiones soeces y de muy mal gusto.
Ahora, ya en plena campaña, y como no podía ser menos, estos comportamientos se están recrudeciendo de una manera espectacular. No se oyen más que sandeces e improperios. No sé para qué celebran tantos mítines si lo único que pretenden es enardecer a las masas con unas arengas que luego se traducen en enfrentamientos y desconsideraciones hacia sus oponentes.
Los que de una forma u otra conformamos esa mayoría silenciosa, que al final es la que decide, estamos cada vez más decepcionados y perplejos. No será raro que en contrapunto a esta manera de hacer campaña cada vez sea mayor la abstención en los comicios. No sería lo deseable, pero no les extrañe que llegue a suceder.
Se está demostrando que aún nos queda mucho por aprender. No sabemos dialogar. Cuando se intenta establecer un debate, todos se enzarzan en unas discusiones irreductibles con una marcada carga de agresividad que sin duda se está trasladando al electorado. ¿No creen que las agresiones físicas a políticos ocurridas recientemente son producto de estos comportamientos? Yo sinceramente creo que sí. Y esto es solo el principio. ¿Que Dios nos coja confesados!