Rajoy defiende una política de inmigración «implacable»

La inmigración y la economía volverán a tener relevancia en el argumentario del candidato del PP en el próximo debate con José Luis Rodríguez Zapatero porque, tras el mitin de transición del martes en Bilbao, donde la atención al terrorismo era obligada, ya son los pilares básicos de su discurso electoral. Ayer miércoles, Mariano Rajoy dejó atrás el balance de la gestión del Gobierno, se declaró «preparado» para ganar y gobernar y se centró en la defensa de sus políticas de futuro.

Las Islas Canarias, elegidas con intención por los estrategas del partido, fueron el escenario propicio para que el líder popular se comprometiera a combatir sin tregua la inmigración ilegal y las mafias que trafican «con los pobres de los pobres, como dijo Teresa de Calcuta». Anunció también que será «implacable» contra la inmigración ilegal y expresó su confianza en que también lo sea la Unión Europea porque aspira a propiciar una política común en este terreno, tal y como ha acordado con Angela Merkel y Nicolas Sarkozy durante su reciente viaje a París.

Control y orden

Como siempre que habla de este asunto, recordó que es gallego y que, como muchos canarios, tiene familia que ha emigrado para ganarse la vida, por lo que se declaró defensor de que vengan inmigrantes a España en busca de un futuro mejor. «Control y orden», es lo que propone para evitar que este fenómeno «se convierta, en el futuro, en una pesadilla».

«No puede entrar todo el mundo que quiera sin control porque no cabemos», afirmó, y recibió el aplauso de sus seguidores canarios, que estuvieron con él en que la inmigración es el reto más importante que afronta España, «nuevo, creciente y que hay que tomarse muy en serio». Por el contrario, aseguró que el Gobierno socialista esconde la cabeza debajo del ala «como el avestruz». En las islas que han visto llegar o naufragar en sus costas miles de cayucos y que padecen la saturación de sus centros de acogida, reiteró el argumento que ya expuso en el debate ante Rodríguez Zapatero sobre la necesaria atención a los servicios públicos que exige el aumento de usuarios de la sanidad, el acceso a la vivienda o la educación. «No puede ser que los derechos de unos puedan verse perjudicados por los de otros», apuntó, y el estadio atronó en aplausos.

Aunque los reproches pasaron a ocupar un segundo plano y el candidato se centró en defender su política económica, que continúa protagonizando su discurso, no abandonó los ataques a su adversario, que ve «alejado de la realidad» y «más despistado de lo que debiera estar un presidente del Gobierno» porque «se le ha subido La Moncloa a la cabeza».

Imparable

Reiteró que los socialistas han «dilapidado» la herencia económica del PP y están en el origen de los problemas que ahora afrontan los ciudadanos por el crecimiento de los precios, las hipotecas y el aumento del paro. «Ese que vosotros sabéis -dijo en referencia al candidato socialista-, en política económica se ha convertido en una especie de Adán, Peter Pan y Alicia en el País de las Maravillas». «Voy a ir a La Moncloa, no os quepa ninguna duda, esto es imparable», les dijo a los gran canarios.