El euro supera los 1,50 dólares y bate récords junto con el crudo y el oro

La debilidad de la economía norteamericana, sobre la que también se ciernen sombras de inflación, y la posibilidad de que la autoridad monetaria del país más poderoso del mundo vuelva a rebajar el precio del dinero consolidó el máximo histórico del euro, asentó el barril de crudo por encima de los 100 dólares y revalorizó todavía más el oro. Por último, la onza del metal dorado valía 959,50 dólares ayer frente a los 937,75 dólares del martes, después de haber logrado un nuevo récord al situarse en 964,99.

Minado por índices económicos más negativos de lo esperado en EE. UU. y ante la perspectiva de un nuevo descenso de los tipos, el dólar no cesa de registrar mínimos frente al euro, que se beneficia de la rigidez del Banco Central Europeo (BCE). Mientras la Reserva Federal bajó el precio del dinero en 1,25 puntos en enero, para dejarlo en el 3%, el tipo de referencia en la Unión Europea es en la actualidad del 4% y la autoridad monetaria se resiste a modificarlo.

En su esperado discurso ante el Congreso, el presidente de la Reserva Federal norteamericana, Ben Bernanke, sugirió que esta brecha entre EE. UU. y Europa podría ampliarse. Bernanke reiteró que la actividad económica se mantendrá débil a corto plazo en Estados Unidos y que está dispuesto a reducir los tipos de interés, en la próxima cita del 28 de marzo, pese al creciente riesgo de que aumente la inflación.

Previsiones

La Fed redujo en medio punto porcentual sus previsiones de crecimiento para este año, hasta dejarlo en una horquilla del 1,3% al 2%. «Los riesgos de deterioro de las perspectivas económicas se mantienen», comentó Bernanke, Y anticipó que el banco central «actuará en el momento oportuno y si fuera necesario, para hacer frente a esos riesgos».

Pero el dirigente también manifestó su inquietud por las perspectivas de inflación. Sería el peor escenario posible, la combinación de un crecimiento debilitado con unos precios en continuo aumento. Se reaviva el fantasma de la estanflación y plantea un serio dilema al banco central, ya que cada uno de los problemas requiere en teoría una solución distinta y contrapuesta. Hay que optar por bajar los tipos para sostener la actividad o por subirlos para detener el aumento de precios.

«Existen riesgos de que la inflación aumente, principalmente si los precios de la energía y de la alimentación no bajan o si las empresas repercuten más que lo previsto el alza de los precios de las materias primas o de la debilidad del dólar sobre los clientes», advirtió Bernanke, tras reconocer que las estimaciones ya se superaron el pasado mes.

La Fed subió a finales de enero sus previsiones de inflación para dejarlas en una horquilla entre el 2,1% y el 2,4% para este año y de entre 2 y 2,2% para el indicador subyacente, que excluye los alimentos no elaborados y la energía, los precios más volátiles.

Las alertas del presidente de la Reserva Federal se vieron confirmadas por la publicación de nuevos indicadores. Las ventas de viviendas nuevas en Estados Unidos cayeron más que lo esperado, un 2,8% en enero.

El departamento de Comercio anunció que la venta de nuevas viviendas bajó a un ritmo anual de 588.000 unidades, el mes pasado, cuando los economistas esperaban que se hubiera dado salida a 600.000 unidades.

Un euro, dólar y medio

La moneda europea ya se cambia por dólar y medio. Cuando entró en vigor, en enero de 1999, la moneda única europea valía 1,1837 dólares, una relación de canje que incluso se deterioró en meses posteriores, antes de que la divisa del Viejo Continente emprendiera una escalada imparable.

El martes por la noche, el euro se colocó en 1,5047 dólares y superó por primera vez la barrera simbólica de los 1,50 dólares. El récord precedente databa del 23 de noviembre de 2007. La moneda única europea también ha ganado terreno frente al yen.