Empresarios de la carne
Dos jóvenes emprendedores, Juan Piña y Moisés Sánchez, crean en Cádiz la primera productora de la provincia especializada en películas pornográficas para móviles e internet. Su especialidad, los filmes de corte casero
Actualizado:Decir a tu madre que has decidido dejarte las pestañas en una oposición imposible, regalando tu tiempo a la ONG más inútil o cantando baladas en verbenas de la estepa requiere mucha menos mano izquierda que decirle que, simplemente, vas a dedicarte al sexo. Que lo tuyo es vocación y que, viendo lo bien que se te da últimamente, has decidido practicarlo, distribuirlo y rentabilizarlo hasta hacer de él tu forma de vida. Un escenario parecido fue el que se encontraron Moisés Sánchez y Juan Piña cuando hace unos meses decidieron que lo suyo es un don y que no iban a estar mejor en ningún negocio, mesa u oficina que regalando caricias frente a una cámara de vídeo.
Desde ese momento y, para envidia de muchos, con dedicación extrema, se han esmerado en poner en marcha la que es la primera empresa de producción de cine erótico en Cádiz, Surinsex, que pronto, bajo el nombre de, amateurinsex, será la primera empresa de la provincia en distribuir por móvil e internet contenidos para adultos.
Aunque reconocen entre risas que nunca fueron «unos santos» ni saben lo que es «la vida de celibato», esta pareja de amantes profesionales decidió el año pasado dar el paso para trabajar en la industria del porno. Fue entonces cuando viajaron al Festival Erótico de Barcelona para sumar consejos y perfilar un negocio en el que, después de dar vueltas, han decidido entrar a lo grande. Nada de comenzar como actores para luego pasar a tareas de más responsabilidad, nada de pet shows ni cabinas, directamente a montar su propia empresa en la que protagonizan, dirigen, montan y distribuyen sus propias películas.
La siempre democrática red de internet permite que los costes sean más o menos asumibles y deja el resto de la tarea en manos de esta laboriosa pareja de emprendedores cuyos trabajos se enmarcan bajo el epígrafe del reality porn o estilo amateur, «que mezcla la imagen y el sonido de calidad con una puesta en escena que es en apariencia casera».
Con contenidos generales que permiten descargarse vídeos de variadas temática, su web -que cada día recibe un mayor número de visitas- está acogiendo ahora la última producción grabada por ambos durante su viaje de trabajo en Brasil, país del que han vuelto con una buena cantidad de cintas. El funcionamiento es sencillo. La web no pide ningún tipo de pago sino que el usuario puede descargarse los contenidos de manera gratuita dejando que los ingresos del negocio corran a cargo de la publicidad. Además, con el nuevo portal, los contenidos podrán descargarse a móviles y en formato para Ipod.
Las vidas privadas
Encargado de tienda uno, licenciado en Empresariales el otro, Moisés y Juan han tomado, seguramente, la decisión de sus vidas. La de dedicarse a un campo que mueve el mundo pero que ha de enfrentarse «a los prejuicios de gran parte de la sociedad». «Todo el mundo dice que quiere ser actor porno, pero a la hora de la verdad, es bastante difícil encontrar a alguien que se preste a ello», apunta Moisés que reconoce que, con esta decisión, sus vidas «están en el fondo del abismo».
«Lo estamos arriesgando todo porque no sólo estamos trabajando como actores sino que vamos a lo grande y eso requiere mucho trabajo y que las cosas vayan saliendo», apunta Juan.
Con las ilusiones del nuevo proyecto y toda la energía puesta en salir adelante, ninguno de los dos se plantea, por el momento, decisiones polémicas como tener o no pareja fija. Ahora es momento de trabajar aunque, no lo ocultan, eso de dedicarse profesionalmente al sexo «ha despertado» el interés de muchas chicas. «Es curioso pero ahora que hablo abiertamente del tema, que cuando conozco a alguien es diciéndole de antemano que soy actor porno», cuenta Juan, «me han surgido más relaciones con ganas de tener futuro».
Paradojas de la vida y vocaciones aparte, será la juventud divino tesoro, pero ambos distinguen su trabajo de «los encuentros sexuales» en los que se mezclan «sentimientos y sensaciones» distintas. «Cuando estamos trabajando hay que estar pendiente de la cinta, de la toma, de que todo salga bien. Hay que tomárselo en serio», apunta Moisés. Así que nada de apuntarse al carro de lo erótico por tener ganas de jaleo, hace falta vocación, anatomía y estar predispuesto aunque en esto, como en todo, también hay que poner esfuerzo.