PAN Y CIRCO

Disparidad de criterios

La pasada semana salían a la luz pública las declaraciones de bienes de los principales candidatos por Cádiz al Parlamento de Andalucía. A tenor del valor que atribuían a las viviendas de su propiedad, uno se los imaginaba, en el mejor de los casos, con la tienda de campaña del Decathlon instalada entre las dos líneas de su plaza de garaje comunitario, sin espacio para mobiliario alguno y acudiendo para su higiene a los baños públicos del Campo del Sur.

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Menos mal que en Cádiz nos conocemos casi todos, por lo que pronto descubrí que la vivienda de 70 u 80 millones de las antiguas pesetas, en el Paseo o en la Avenida, que afortunadamente tienen como propiedad unos y otros, era declarada bajo el subterfugio del valor catastral, lo que explicaba el susto de pensar que el líder del PSOE vive en un cuchitril de 21.504 Euros y el del PP en otro de 29.564 Euros.

Valga el anterior ejemplo como prueba rotunda de la relatividad de cifras económicas en todas las facetas de nuestra vida. Por ello, no comprendo la indignación de algunos y la pérdida de papeles de otros porque alguien comente en la Junta de Accionistas que no hay que crear un dogma de fe de las cuentas que se presentan a votación o de la Auditoría en las que se apoyan, no ya porque el Señor Auditor cambie radicalmente de criterios en un abrir y cerrar de ojos, sino porque las cifras, al igual que las leyes, admiten diversas interpretaciones según el lado de la balanza en el que nos encontremos.

Pese a ello, y yo los respeto, siempre habrá quien vote afirmativamente a unas cuentas ilegibles para la mayoría de los profanos, pero pido igual respeto para quienes, pudiendo estar equivocados, votan simbólicamente en contra. Al menos hacen el esfuerzo de acudir a tales citas. Lo que no es poco, dado el número de asistentes.