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Debate

Bueno, pues gran éxito el de este debate, ¿no? Éxito, desde luego, en audiencia: más de 13 millones de espectadores, una cuota de pantalla del 60%. Pero éxito, también, como acontecimiento social y como propuesta de comunicación: fue un debate muy interesante, muy bien llevado -a Campo Vidal hay que reconocerle lo suyo-, imprescindible para cualquier ciudadano interesado por la vida pública. Quizá llegue un día en que esto, que ahora ha sido un acontecimiento, se convierta en pura rutina democrática, que es lo que debería ser. En tanto llega ese día, disfrutemos de la excepcional cosecha.

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Al espectador pudo fastidiarle la excesiva rigidez del formato, pactada por los partidos hasta en sus más nimios detalles, pero más vale eso que nada. Los púgiles tampoco defraudaron y, en general, tuvimos dos horas largas de gran interés. Como se sabe, ni Antena 3 ni Telecinco ofrecieron el debate. Fue un error. Telecinco ofreció C.S.I. que, mal que bien, aguantó, pero el Física o Química de Antena 3 se hundió estrepitosamente, y el programa post-debate de esta cadena, con el paso ya irremediablemente cambiado, fue un ostensible fracaso.

Quien más se benefició del debate fue, como era previsible, TVE 1. Cuatro y La Sexta, que también ofrecieron el duelo, obtuvieron rendimientos mucho más bajos. Fue una oportunidad de oro para las nuevas cadenas digitales, que trataron de pescar público; era una apuesta con la mirada depositada no en la noche del debate, sino en los años que vienen. En cuanto a los aspectos laterales del cara a cara, no dejó de haber algunas cosas desafortunadas.

Por ejemplo, el escenario, que transmitía una impresión de frialdad glacial. Obedecía, sin duda, a razones meditadas: neutralidad, por lo desnudo del estrado; relajación, por los colores crema; distancia, por la abundancia de tonos metálicos... Pero era estéticamente muy discutible. Guardaba un parecido demasiado evidente con la sala de mando de la nave Enterprise de Star Trek y sólo faltaba que apareciera por allí el capitán Kirk para decirle al señor Spock que tomara el mando. El lunes que viene, más. Y quizá mejor.