De izquierda a derecha, Prado, Blanco, Fernando García (moderador), Sanz e Ignacio García.
ESPAÑA

Dosis extra de testosterona

El PSOE envía a su candidato número 5 al coloquio de Canal Sur con los otros tres cabezas de lista de PP, CA e IU

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Ni listas cremallera ni correción política. Un rápido vistazo a la mesa del debate televisado que congregó a los representantes de los cuatro principales partidos políticos de la provincia (PSOE, PP, CA e IU) en Canal Sur bastaba para darse cuenta de que el punto de vista femenino brillaba por su ausencia. Todas las listas al Parlamento Andaluz por la provincia, es cierto, las encabezan hombres, pero el PSOE desperdició la oportunidad de apuntarse un tanto -al menos desde el punto de vista de la diferencia- al no elegir a la número dos, Bibiana Aido, como representante, en vista de la ausencia de Chaves, que peleaba ayer en otra liga televisada, la de los presidenciables.

Ni siquiera al tres, ni al cuatro, sino al cinco, José Luis Blanco, llevaron los socialistas. «Eso demuestra que no tienen interés por debatir», señaló Antonio Sanz, cabeza de lista del PP por Cádiz. En realidad, con esta respuesta Sanz estaba saliendo al paso de un lapsus al referirse a Blanco como «el señor Pizarro».

El hecho de incluir a los cuatro partidos -algo que agradeció Manuel Prado, de Coalición Andalucista, en su primera intervención- aportó dos nuevos puntos de vista, pero también le restó agilidad a la conversación.

Por lo demás, PP y PSOE se limitaron a atacarse entre ellos sin contestar apenas a los argumentos esgrimidos por los otros dos oponentes, a pesar de que algunas de las críticas más duras procedían de esos dos extremos (físicos): Prado, a la izquierda del moderador y, sobre todo, Ignacio García, de Izquierda Unida, curiosamente sentado a la derecha desde el punto de vista del telespectador.

Fue precisamente Ignacio García uno de los pocos que se salió del guión sobre infraestructuras, empleo y sanidad, refiriéndose por ejemplo a la alta tasa de cáncer que tiene la provincia o a los índices de pobreza, «los mayores de Andalucía», recalcó.

En la primera ronda, los candidatos hicieron una somera presentación de su decálogo de intenciones. Sanz optó por reservarse para el segundo combate y habló de «visión optimista» y de que su partido «cree en las posibilidades de Cádiz».

Sin embargo, en su siguiente turno, sacó el estoque y habló de los 2.000 parados de Delphi, de la crisis de Altadis o de los «36.000 desempleados más desde que gobierna el PSOE». «Los ocupados han crecido un punto mientras el paro ha subido cuatro puntos«, dijo Sanz.

José Luis Blanco se defendió como pudo, no sólo de las críticas del aspirante popular, sino también de las de IU y CA, que le reprocharon continuamente que en estas bodas de plata de Manuel Chaves con el poder «no hayan resuelto los problemas principales de la provincia». Blanco aseguró que «en esta legislatura concluirá el déficit histórico de Cádiz, con la alta velocidad, las autovías y el casi nuevo aeropuerto de Jerez». El socialista hizo alusión también a los 140 millones de euros de inversión para los próximos años del Plan de Reindustrialización del Gobierno central.

Prado, por su parte, fue el primero en hablar de la deuda histórica del Gobierno con la Comunidad andaluza que, según dijo, «crea problemas en la financiación de la sanidad, educación e infraestructura». Recordó que hay 114.000 parados ahora «a los que hay que darles una solución».

Dependencia del ladrillo

Para Ignacio García, el problema en estos momentos no está en la carga de trabajo de Astilleros, sino en que «no se ha creado un sistema para formar a los trabajadores» y por eso tiene que contratarse a personal de países como Polonia, en lugar de dar empleo en la Bahía. La clave, para él, es en la excesiva dependencia de la industria del ladrillo. «No hemos podido crear una estructura capaz de resistir la crisis», sentenció García.

PSOE y PP siguieron después echándose mutuamente las culpas del alto precio de la vivienda, mientras los otros dos -Ignacio García y Manuel Prado- les recordaban que los precios de este bien de primera necesidad se han multiplicado durante los dos gobiernos, el de Aznar y el de Zapatero. Por aportar una nota diferente, el aspirante de IU habló de las 60.000 viviendas vacías que hay en la provincia y hasta 650.000 en toda Andalucía, mientras el del PP quiso referirse a la polémica Ley de Viviendas Protegidas aprobada hace más de dos años: «Han dejado tirados a los propietarios de VPO», acusó Sanz.

La alta velocidad volvió también a ocupar un espacio importante en el debate político. «Yo lo llamo ibertren», puntualizó Sanz, para quien esta infraestructura es «una tomadura de pelo».

El único momento agrio del debate vino de la mano de las interrupciones de Sanz. Blanco se quejó ante el moderador, Fernando García, y el candidato popular le recordó que en eso precisamente consistía el debate, en contestarse sobre la marcha. «Sanz tiene esa mala educación», apostilló Blanco algo irritado.

Al final, las conclusiones se quedaron en apenas 40 segundos que hicieron que los candidatos tuvieran que pasar fatiga para condensar su mensaje, siempre interrumpido por la tiranía del tiempo medido en segundos.

mcaballero@lavozdigital.es EL OTRO DEBATE