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VETUSTO. La estructura original posee más de cincuenta años de antigüedad y las obras están debilitando el esqueleto./ IB
EL PUERTO

Los traficantes derriban los muros de carga de las viviendas de José Antonio

Los narcotraficantes están realizando obras sin licencia que debilitan la estructura interna de los bloques de pisos Los inmuebles suelen estar arrendados u ocupados

IVÁN BERNAL
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Los vecinos de la barriada José Antonio Primo de Rivera han denunciado que «los traficantes están derribando los muros de carga que sustentan los bloques de viviendas».

Los camellos suelen realizar reformas dentro de sus viviendas, y para ello, modifican la estructura original de estos edificios. De esta manera, los inquilinos no tienen ningún reparo a la hora de demoler los muros principales que sustentan la estructura original del inmueble.

Por todo ello, los residentes de la zona están atemorizados por las futuras consecuencias que pueden acarrar este tipo de reformas ya que han sido ejecutadas sin asesoramiento alguno.

Asimismo, los vecinos subrayan que «lo más sangrante de esta historia es que las viviendas no son de su propiedad ya que están alquilados o simplemente han ocupado los pisos donde viven».

En este sentido, las obras dentro de estos inmuebles suelen ser realizadas con un doble propósito. Mejorar la seguridad en caso de que haya una redada ya que las puertas suelen estar atravesadas por traviesas de tren y los muros suelen ser de doble capa, así como ampliar el espacio útil del piso que tienen una superficie de cuarenta metros cuadrados.

Asimismo, fuentes consultadas por este periódico han advertido que «este tipo de chapuzas suelen realizarlas los propios toxicómanos, que malviven la barriada y suelen tener experiencia de albañilería y fontanería».

Seguridad y comodidad

«Por todo ello, los toxicómanos hacen lo que se le dicen ya que se les paga con papelas de heroína, sin preocuparse de que las obras puedan afectar a toda la estructura», subrayan.

Además, las obras provocan un ruido insoportable a cualquier hora del día o de la noche. De esta manera, los residentes aseguran que «escuchar el ruido del rotaflex o los martillazos a las dos de la madrugada suele ser algo cotidiano».

Por todo ello, el equipo de Gobierno tiene previsto mandar técnicos de Urbanismo y a varios agentes de la Policía Local para comprobar si se están realizando obras sin licencia.