Milenio | Joven democracia
Definitivamente es ya es notorio y sabido que el papel de los periodistas que aceptan ejercer de moderadores en los debates electorales entre los candidatos políticos es tan insustancial e invisible (se limita en la práctica a llamar la atención con tono contrito al candidato que se pasa del tiempo establecido en sus intervenciones), que días atrás, el periodista Matías Prats, moderador del debate Solbes-Pizarro, señaló al final con sorna que nunca se había sentido tan descansado en un programa televisivo. Y es que tenía que ocurrir.
Actualizado: GuardarY todo comenzó, con seguridad, el nefasto día que el portavoz de turno de una institución más o menos pública declaró ante los periodistas: «Les ofrecemos un comunicado público pero no aceptamos preguntas», y a pesar de tal aclaración los medios publicaron de inmediato el comunicado.
Porque, además, estos días, presenciando los debates de las primarias norteamericanas vemos y oímos en los debates entre candidatos cómo los periodistas les formulan preguntas a los aspirantes presidenciales. En concreto, a la candidata Hillary Clinton le preguntaron si estaría dispuesta a reunirse de inmediato con el nuevo líder cubano (Raúl Castro). La candidata ensayó una sonrisa de circunstancia y se refugió en un lugar común.
Inimaginable en España. El representante político así interpelado la hubiese formado en nuestro país, porque la mayor parte de la clase política nacional sigue creyendo en un papel provi-dencialista propio de la consolidación democrática. ¿Y quienes son esos gacetilleros para preguntar con suficiencia y altanería? Absolutamente inaceptable. Pero hay que reconocer que cada uno tiene lo que se merece.
Y es que en coyunturas como las que estamos viviendo con estas vísperas electorales se muestra con mayor nitidez la aún joven democracia española. Una democracia que incluso no pocos líderes la siguen contemplando como una criatura niña a la que hay que proteger (interesadamente). Y mientras más protectores, más paternalistas y menos demócratas.