EE UU confirma que destruyó el tanque de gases tóxicos del satélite averiado
El Pentágono confirmó ayer que el misil táctico, lanzado el jueves pasado desde un barco de la Marina estadounidense para derribar un satélite espía defectuoso, impactó en el tanque cargado de gases tóxicos, según el análisis de los restos. «A todas luces esta misión ha salido con éxito», dijo el subjefe del Estado Mayor Conjunto, general James Cartwright. «Por el análisis de algunos restos, tenemos un alto grado de confianza en que el tanque (con hidracina) fue destruido y el gas tóxico se ha disipado», subrayó Cartwright en una comparecencia.
Actualizado: GuardarLos expertos militares han logrado recoger unos 3.000 trozos de restos menores que un balón de fútbol. «La gran mayoría de ellos ya han entrado en la atmósfera o lo harán en breve, en los próximos días y semanas», informó Cartwright, quien explicó que ninguno ha impactado de momento contra tierra firme.
La destrucción del satélite fue ordenada por el presidente Bush, debido a que su tanque de combustible contenía gases tóxicos, que al chocar con la atmósfera y diseminarse podían representar un peligro para la población. El satélite conocido como L-21 había sido puesto en órbita desde la base Vandenberg de la Fuerza Aérea en 2006.
El Pentágono negó que se trate de una prueba antimisiles o que buscase demostrar su capacidad para destruir satélites en el espacio. Sin embargo, el secretario estadounidense de Defensa, Robert Gates, indicó que esta operación ponía de manifiesto la viabilidad de su sistema antimisiles.