ESPAÑA

«No se merece presidir un país»

Zapatero se autodefinió como un hombre que ha servido a España «con lealtad» y acusó a Rajoy de sembrar la «discordia y cizaña»

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Con esa frase, inmortalizada en el cine por George Clooney, cerró el jefe del Ejecutivo su intervención. El recurso no fue casual. Eran las palabras con las que cada noche concluía su espacio televisivo el propio Murrow, un presentador que en la década de los 50 plantó cara al senador Joseph McCarthy y su Comité de Actividades Antiamericanas.

Zapatero quiso vestirse hoy de aquel hombre honesto frente a una desmesurada 'caza de brujas'. Y lo hizo, de manera especial, cuando salió en defensa de los artistas que han apoyado su campaña con el videoclip 'Defender la alegría'; los mismos que Mariano Rajoy tildó de paniaguados con el 'canon digital'. Pero también cuando defendió al doctor Montes, acusado por la Comunidad de Madrid de mala praxis médica y presentado como sospechoso de recurrir a la eutanasia encubierta. No sólo le acusó de «descalificar» a la gente de la cultura. Sino que declaró que, por su actitud, «no merece presidir un país».

Fue quizá el momento más tenso del debate. Zapatero no se abstuvo en ningún momento de interrumpir a su adversario, a pesar de que PP y PSOE habían pactado respetar los tiempos de intervención del contrario. Pero sólo aquí estuvo a punto de perder los estribos. Y fue porque Rajoy minimizó su actitud con los artistas y contraatacó con la una fuerte acusación: que Zapatero ha «agredido» a las víctimas del terrorismo.

Hasta ahí, se había mostrado templado. Contundente, agresivo incluso, pero con control. Era lo que le habían aconsejado los suyos: ser un poco él mismo y meter un poco de drama. Actuar, hasta parecerse a Edward Murrow. Porque lo que tenían claro los estrategas del PSOE es que iba a haber poca ocasión para los argumentos novedosos (no dijo nada que no se le haya oído ya en numerosas ocasiones) y que el mejor 'conejo en la chistera' sería una buena puesta en escena.

Con ella, con críticas al contrato para inmigrantes de Rajoy al que llamó «papel de criminales potenciales», con la identificación constante del presidente del PP con José María Aznar y con su autodefinición como hombre que «ha servido a España con lealtad» es con lo que pretendió ganar el debate. Según los socialistas, lo hizo.

Comparación con Aznar

Rodríguez Zapatero se empeñó en comparar su gestión con la que desarrolló José María Aznar y tiró cuanto pudo de gráficos para demostrar que con su Gobierno ha mejorado la economía, ha bajado el paro, han subido los sueldos, ha caído la inflación y ha retrocedido la llegada de inmigrantes 'sin papeles'. A Rajoy le endosó el papel del sembrador de «discordia y cizaña», insolidario en la lucha contra el terrorismo y un peligro para el futuro porque cuando «ustedes gobiernan se resiente la democracia, no hay pluralismo y no hay debates».