EN CARRERA. Heinze, Raúl González, Ruud Van Nistelrooy y el lateral Miguel Torres.
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Las segundas vueltas de Schuster y el recuerdo de Queiroz

Preocupación en el Madrid por el bajón físico de un equipo que hace un mes aventajaba en nueve puntos a un Barça que ya le pisa los talones

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Más allá de las tres últimas derrotas consecutivas, dos en Liga y una en Champions, de despistes infantiles como el sufrido ante el Getafe, de la pérdida de fe en las remontadas y de la proximidad de un Barça que se presenta con sus mejores armas al tramo decisivo del curso, en el seno del Real Madrid preocupan el cansancio de los jugadores y el tradicional cambio de tendencia que experimentan los equipos de Schuster según avanzan las temporadas.

«Estoy totalmente de acuerdo. Tiene usted toda la razón del mundo». Con el ceño fruncido y en tono irónico respondía el sábado el nibelungo a una pregunta concreta acerca de si coincidía con la opinión de que lo que le sucede con el Real Madrid se barruntaba a tenor de los precedentes. Aunque el club blanco no tiene parangón posible con el Xerez, el Levante, el Getafe o el Shakhtar, a estas alturas las comparaciones se hacen inevitables entre los propios dirigentes blancos.

El Xerez, en Primera

Cuando Schuster aterrizó como técnico en España, tras foguearse en el Fortuna y el Colonia, dos segundas alemanes, arrancó con inusitada fuerza en el Xerez. Era la temporada 2001-2002 y los andaluces acabaron con 39 puntos la primera vuelta, segundos a siete del Atlético pero con cinco de ventaja sobre el Racing y seis respecto a Albacete y Oviedo. El ascenso parecía pan comido pero el equipo se desinfló y acabó cuarto con 66, a 13 del Atlético, cinco del Racing y tres del Recre, los tres que subieron. En el ejercicio siguiente, su equipo también fue de más a menos y fue destituido tras la 39ª jornada, cuando marchaba quinto, a 12 puntos de un Zaragoza que ocupaba la última plaza de privilegio.

Schuster emigró a Ucrania, cogió las riendas del Shakhtar pero fue despedido después de 23 partidos porque el Dinamo de Kiev se había escapado en busca del título. Fue llamado por el Levante, ya en Primera, y la historia se repitió. Comienzo inmejorable y los valencianos que se convierten en la revelación. Llegan a estar en zona Champions en las jornadas 10 y 11, disfrutan de puestos de UEFA en las tres semanas anteriores, pero inician la cuesta abajo y el alemán se encuentra en el paro tras la jornada 34ª. El equipo estaba a cuatro puntos del descenso pero ya no levantó cabeza, Desfondado, perdió la categoría.

En la campaña 2005-2006, Schuster toma el relevo de Quique Sánchez Flores en el Getafe. De nuevo, un inicio excepcional desata la euforia. Los madrileños viven las diez primeras semanas en puestos de Liga de Campeones, llegan a acostarse líderes tres domingos, en las jornadas 3ª, 6ª y 8ª, pero pierden fuelle de forma paulatina y acaban novenos. En la última campaña cambia en parte la tendencia porque el Getafe alcanza la final de Copa tras eliminar al Valencia y remontarle un 4-1 adverso al Barça. En Liga, en cambio, los azulones comenzaron las dos primeras jornadas en Champions, durmieron cinco noches en UEFA, acabaron la primera vuelta a dos puntos de Europa, pero al final se dejaron llevar y terminaron novenos.

El Madrid se ve arrastrado por una corriente similar a la sufrida hace cuatro años con el portugués Carlos Queiroz. El sustituto de del Bosque situó a los blancos con ocho puntos de ventaja sobre el Valencia en la jornada 26ª, pero su equipo se desplomó en los dos últimos meses, tras caer en la final de Copa de Montjuic contra el Zaragoza. El Real Madrid acabó cuarto y pidiendo la hora. El preparador físico era Walter di Salvo, el afamado profe italiano que, curiosamente, también pone a punto a los pupilos de Schuster.

Los críticos creen que el equipo ha perdido pegada porque Raúl y Van Nistelrooy apenas han rotado y los años pasan factura; que es incapaz de desbordar sin Robinho, quien se rompió ante el Valladolid y no estuvo en el Ruiz de Lopera, ni en Roma ni ante el Getafe; que es dependiente de Guti y que atrás sufre prolongadas ausencias como la de Pepe, activo sólo en ocho partidos. En la exhibición defensiva del Camp Nou, por ejemplo, la zaga estuvo integrada por Ramos, Cannavaro, Pepe y Heinze.