«Lo mío es un guiño a los humoristas argentinos y a los literatos españoles»
'El hombre del gol' de la radio populariza ahora coletillas como «Ayude a la ecología, recicle a su suegra» en Cuatro
Actualizado: GuardarPocos presentadores han tenido la virtud de conquistar la sonrisa de dos generaciones de espectadores con su peculiar estilo. Y si además sus narraciones revolucionan las anodinas emisiones radiofónicas, el mito se engrandece. Héctor del Mar, el hombre del gol, vuelve a la boca de los niños y los no tan niños con ese «espectáculo circense» llamado Pressing catch. El presentador nacido en Buenos Aires pero ciudadano español desde hace 30 años mantiene intacto su gracejo y su forma de entender el deporte como un espectáculo.
-Lo suyo es una resurrección en toda regla, ¿esperaba este éxito?
-Tengo la suerte de presentar un producto conocido y probado al 100%. Los niños son muy fieles y además nos siguen los veinteañeros que fueron adolescentes en los noventa.
-La época en la que Telecinco emitía los combates de madrugada.
-Sí, qué lejos queda. Recuerdo cuando la gente nos comenzó a ver en las discotecas, con su cervecita en la mano
-Los tiempos cambian pero, ¿la forma de trabajar se mantiene?
-Recibimos las cintas cada miércoles, visionamos los combates, los editamos, hacemos un breve guión sobre cada luchador y comenzamos a trabajar. Todo aderezado con mucho ritmo porque esto es un espectáculo circense.
-¿Con patadas voladoras y sillitas eléctricas incluidas?
-Con el pack completo. Introduje esta terminología para quitarle dramatismo a los golpes. Cuando las peleas se endurecen meto una coletilla del estilo de: «Ayuda a la ecología, recicla a tu suegra»... y claro, el que me esté viendo dirá, «pero qué ha dicho este loco».
-¿Sabe que su refranero tiene más adeptos que el diccionario de la Real Academia?
-Je, je, y eso que no soy profesor... Lo mío es un guiño a los literatos españoles y a los humoristas argentinos. Pero también hay cosecha propia: «Conmigo Fernando Costilla; más costilla que nunca».
Diez pizzas familiares
-¿Ha compartido mesa con algún gladiador?
-En los noventa, teníamos carta blanca para viajar a Estados Unidos. Mi valedor fue el luchador Tito Santana, que me presentó a Hulk Hogan y al Último Guerrero. Recuerdo una comida con cuatro de ellos en la que se comieron diez pizzas familiares. Son como niños grandes.
-Y buenos cómicos.
-Ante todos son atletas que se cuidan al máximo. Y luego, grandes comediantes; se leen el guión, saben quién va a ganar y van calentando los eventos especiales.
-Lo suyo es calentar el oído con sus cuñas radiofónicas.
-El pionero fue Joaquín Prat, luego llegué yo y más tarde Pepe Domingo Castaño. A finales de los setenta, en Radio Intercontinental, llegaba a radiar 250 cuñas en un carrusel deportivo. Después, en la SER, el globo creció tanto que hasta iba con escolta en algunos campos de fútbol.
-¿Por qué los argentinos le ponen mote a todo lo que se mueve?
-Se popularizó con la figura de Diego Armando 'Pelusa' Maradona. Pero aquí también ocurrió lo mismo. Recuerdo al Puma Santillana, Tarzán Míguelez o el Negro zumbón Pereira. En el fondo, todos lo agradecían.