Talante y campaña
La alusión of the record que le hizo Zapatero a Gabilondo al final de la entrevista de la Cuatro tuvo que ver con la necesidad de hacer una campaña tensa. Los sondeos indican que para ganar las elecciones el PSOE necesita una participación alta, superior al setenta por ciento, y que el único modo de conseguir ese listón es movilizar al electorado de izquierdas. Así pues, la interpretación correcta del comentario de Zapatero al periodista iba, por tanto, por la necesidad de una comunicación eficaz.
Actualizado: GuardarEn realidad esa ha sido la meta de la estrategia socialista a lo largo de toda la legislatura: la creación de un clima de confrontación que, posteriormente, achacaba al PP. En esa línea hay que explicar la propuesta de un cordón sanitario en torno al PP y el Pacto del Tinell con ERC e IU/Verdes. Este juego le ha permitido siempre no sólo explicar la provocación como una iniciativa popular, sino impedir políticas agresivas por parte del PP. En estos días hemos tenido un ejemplo muy claro en el debate entre Solbes y Pizarro. A pesar de que éste se vio obligado a jugar a la contención, era acusado por el ministro, constantemente, como «catastrofista». Sin duda pesaba sobre él la acusación que Zapatero ha hecho recientemente a las críticas económicas del PP como «antipatrióticas». ¿Dónde queda entonces el buen talante?
Los expertos de comunicación del PP no ha conseguido a lo largo de la legislatura invertir esta situación que podríamos calificar como de inferioridad de condiciones. Viven y actúan en el temor de ser acusados de extrema derecha. Se vuelve a repetir en cierto modo el clima que vivió la sociedad española en las vísperas de las pasadas elecciones. La dirección de Rajoy prefiere hacer una campaña de perfil bajo aun cuando, de ese modo, el ministro Solbes pueda convertir la actual crisis económica en meras «turbulencias» y por lo mismo quede tocada la figura de esa gran esperanza política como se nos había presentado a Pizarro. A partir de aquí podemos hacernos a la idea del tono que van a tener los debates entre Zapatero y Rajoy. Nada le impedirá a aquel decir lo que quiera del modo que lo desee mientras Rajoy tendrá que medirse.