HÉROE. Salmond posa frente a la estatua de William Wallace, patriota escocés. / REUTERS
ALEX SALMOND MINISTRO PRINCIPAL DE ESCOCIA

«La política dictará el momento, pero Escocia será un país independiente»

El líder secesionista estima que los países pequeños funcionan mejor y avanza hacia un referéndum en 2010 o unas elecciones en torno al derecho a decidir

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No hay lugar para la duda en la mente de Alex Salmond. En una entrevista concedida en exclusiva a este periódico, el ministro principal de Escocia se muestra «absolutamente convencido» de que los escoceses votarán a favor de la independencia, aunque se niega a «predecir un calendario». Basa su afirmación en argumentos históricos, culturales, de idioma..., pero sobre todo en el sentimiento de nacionalidad. Es «la prueba real», afirma. «El 85% de la gente se siente escocesa antes que británica», sostiene Salmond.



-¿Cómo ve desde Edimburgo la independencia de Kosovo?

-Aparte de la cuestión general de que la gente tiene derecho a la autodeterminación y que se debe respetar ese deseo de ser una entidad nacional, no creo que haya grandes semejanzas entre Escocia y Kosovo. Si se quieren buscar comparaciones internacionales, hay paralelismos más exactos con Irlanda.

-Un componente de la reacción internacional ha sido la exigencia de que debe ser la última vez que ocurra algo similar en Europa.

-Lo sucedido en Kosovo obviamente incomoda a algunos países. Pero la situación en los Balcanes es incomparablemente mejor de lo que era hace diez años y la idea de que era mejor cuando la vieja Yugoslavia resistía a las aspiraciones nacionales es absurda. Hubo un baño de sangre por esa resistencia. Ahora, cuando la mayoría de los problemas se han resuel- to, estoy seguro de que se creará una estructura para la coexistencia y la cooperación.

-La situación escocesa es otra...

-Respecto a las comparaciones con Escocia, soy consciente de que otros países, en otras circunstancias, no han tenido las oportunidades democráticas que tiene Escocia y que eso tampoco garantiza que todos perseguirán sus fines pacíficamente. Pero merece la pena recordar que el debate sobre el autogobierno escocés existe desde hace unos cien años, que el SNP se fundó como fuerza política hace ochenta y que, en todo este tiempo, ni una sola persona ha perdido su vida por argumentar en favor o en contra del autogobierno o la independencia. No ha habido un puñetazo. Éste es el cambio más impecablemente pacífico y democrático en la historia del mundo. Creo que, internacionalmente, sería bueno demostrar que el constitucionalismo democrático produce más éxito que otros mecanismos.

-¿Es buena la fragmentación de Estados en un mundo globalizado?

-Creo que la autodeterminación nacional es una buena respuesta para muchas cosas. Hace cien años, el mundo tenía cincuenta países y seis imperios. ¿Es el mundo ahora mejor o peor con más de doscientos estados y sin imperios, con la excepción del económico americano y los venideros de China e India? El balance revela que este mundo es mucho mejor. Hace cien años -por seguridad, en algunos casos; por rendimiento económico, muy a menudo-, los países estaban asimilados a imperios económicos. Ahora vemos la emergencia de diferentes tipos de poderes, de confederaciones como la Unión Europea, y los más entusiastas defensores de la UE tienden a ser los pequeños estados, que ven el beneficio de contar con ese enfoque confederal para vivir juntos. Creo que la UE es mejor teniendo veinticinco países que seis.

Más poderes

-Las encuestas dicen que muchos escoceses no quieren la independencia.

-El único sondeo serio reciente es de diciembre y ofrece un 40% a favor y un 42% en contra, con un incremento de un 15% en el último año para los partidarios. Y la gran mayoría quiere más poderes. Si me pregunta si creo que Escocia va a ser independiente en un tiempo razonable, le diré que sí. Estoy absolutamente convencido. Es más difícil predecir el calendario que el destino. Cambios en las circunstancias dictan a menudo el momento del cambio político, pero los rasgos subyacentes son los que dicen que el cambio ocurrirá. Hay argumentos históricos -Escocia vivió como una nación independiente mucho tiempo-, se puede hablar de la cultura o del idioma, pero la prueba real sobre la nación es lo que siente la población. Lo que hace que Escocia vaya a ser independiente es el sentimiento de nacionalidad. En la Segunda Guerra Mundial, tres cuartos de la población se sentían más británicos que escoceses. Ahora, el 85% se siente escocés antes que británico si tiene que elegir.

-¿Qué beneficios tiene la independencia?

-Algunos se obtienen con un Parlamento, pero los países con más éxito en el mundo tienen entre cinco y diez millones de habitantes. Algunos son más pequeños. La explicación económica es que gozan de más cohesión social, que no significa que todo el mundo está de acuerdo en todas las cosas, sino que tienen capacidad para tomar decisiones colectivas rápidas. Tenemos ahora estructuras más apropiadas que esas vastas burocracias, pero debemos desarrollar nuestra cohesión para acordar objetivos y, además, utilizar las ventajas de nuestro tamaño para formar mecanismos rápidos, informados y cohesionados en la toma de decisiones. Y aún no hemos llegado ahí.