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Rajoy ataca la credibilidad del presidente y le acusa de haber «mentido» sobre ETA
«Al candidato socialista, La Moncloa se le ha subido a la cabeza», dijo en el transcurso de un mitin en Burgos A lo largo de todo el acto el líder popular se dedicó a prodigar ataques personales al 'talante' del presidente
Actualizado: GuardarMariano Rajoy demostró a sus seguidores este domingo en Burgos que no teme a su adversario socialista y que no evitará territorio alguno para la discusión en el debate de hoy lunes. Aunque no mencionó en ningún momento el crucial evento, atacó directamente la credibilidad y el «talante» del líder socialista, además de salir al paso de sus últimos comentarios sobre el diálogo con la banda terrorista ETA al exigirle que se disculpe por haber «engañado» a los españoles durante el alto el fuego.
«Debería pedir perdón porque ha mentido», clamó en un estadio repleto, en respuesta a los comentarios de Rodríguez Zapatero el pasado sábado cuando dijo que no se disculpará por haber buscado la paz. En una interpretación muy distinta, Rajoy censuró el comportamiento del Gobierno en sus contactos con la banda terrorista y acusó directamente al presidente de mentir. «Dijo que no había negociado y sí que negoció -explicó-; dijo que había verificado la tregua y no lo hizo; en 2006 dijo que no hablaría de política con ETA y luego supimos que lo había hecho; después del atentado en Barajas dijo que suspendía el diálogo y siguió; dijo que no había pruebas para ilegalizar al PCTV y ANV-Batasuna y ahora, por puro oportunismo político, plantea la ilegalización».
Este breve repaso crítico es una muestra de los recursos que piensa utilizar en el cara a cara con Zapatero al que reclamó hasta en dos ocasiones «una disculpa» a los españoles porque «les ha engañado como lo ha hecho». Tampoco se refugió en eufemismos al negar la capacidad de entendimiento y la tolerancia de la que hace gala el candidato socialista cuando le acusó de que sólo ha dialogado «con ETA, ERC e Izquierda Unida», al tiempo que le reprochó no haberlo hecho «con la mayoría de los españoles que representa el PP y su propio partido, el Partido Socialista, al que ha traicionado».
Misma línea
Después siguió en la misma línea con ataques personales al «talante» de Rodríguez Zapatero a quien, según dijo, «La Moncloa se le ha subido a la cabeza». Insistió en los comentarios a micrófono cerrado del jefe del Ejecutivo en su entrevista con Iñaki Gabilondo donde comentó la necesidad de tensión y dramatización en la campaña y concluyó que, en ese momento, «el mito saltó por los aires y sus vergüenzas las vieron todos los españoles». Para desprestigiar su política exterior, llegó a decir que el secretario general del PSOE «come talante»
Atacó la credibilidad de Rodríguez Zapatero en un intento de demostrar que busca la confrontación por interés partidista, provoca divisiones en la sociedad y después -dijo- «pone cara de seminarista le echa la culpa al PP. En la misma línea argumental, comentó los problemas del Gobierno socialista con la jerarquía de la Iglesia católica y aseguró que los socialistas «estuvieron cuarenta días arremetiendo contra los obispos porque pensaban que les podía beneficiar y, al final, acabaron tomando un caldo y champán francés en casa del nuncio porque creían que eso les podía perjudicar».
La ofensiva del candidato popular es el primer síntoma del ánimo con el que afronta el debate, después de que haya hecho mella en la convicción generalizada de los dirigentes de su partido de que Pedro Solbes «se le escapó vivo» a Manuel Pizarro.
Precisamente, el pinchazo del nuevo político del Partido Popular fue el motivo por el que Manuel Pizarro alteró su agenda, suspendió el acto electoral que tenía previsto celebrar en Madrid y apareció, de improviso, con Mariano Rajoy. El ex empresario subió al estrado para reivindicar su capacidad para sobreponerse a las adversidades, como ocurrió cuando afrontó problemas en Endesa. «A mí me dieron por muerto durante toda la OPA», aseguró, pero dijo que quienes le dan por amortizado como fichaje estrella del PP «se han equivocado siempre» y comentó que Rodríguez Zapatero llamó «fracasada» a Angela Merkel, dijo que Nicolas Sarkozy «no iba a ganar las elecciones» y que en Estados Unidos «ganaría Jon Kerry».
Como si leyera el pensamiento de muchos de sus compañeros de partido, explicó que ante los ataques recibidos, «no he devuelto ni media torta» y defendió que a las «mentiras» de los adversarios hay que responder con «verdades» y «datos». Precisamente, el exceso de cifras y un tono inadecuadamente conciliador son los reproches que le hacen muchos dirigentes del PP que, ante este precedente, reclaman a Mariano Rajoy que vaya este lunes «a por todas». Aseguran que el aspirante a la Moncloa no puede permitirse el lujo de ir a un debate plano sino que debe llevar la iniciativa atacando.