El Deportivo toma impulso a costa de un Espanyol que no logra salir de la crisis

La entrada en el once inicial del sueco Christian Willhelmsson, muy activo en todo el frente de ataque, y del aragonés Ángel Lafita, surtió el efecto deseado por Miguel Angel Lotina, y el Deportivo de La Coruña recuperó parte de la profundidad perdida desde la lesión del mexicano Andrés Guardado.

Precisamente, fue Lafita el primero en avisar de las intenciones locales, con un disparo desde la frontal del área que se marchó ligeramente desviado. Mismo destino que sufrió diez minutos después el remate de Sergio.

No obstante, éste sería el inicio del primer tanto del conjunto coruñés, ya que si la zaga barcelonesa logró nuevamente desviar el remate de Xisco, nada pudo hacer por detener el cabezazo de Coloccini, completamente solo, en el consiguiente saque de esquina.

Un gol que sirvió al internacional albiceleste para reivindicarse tras los errores cometidos la pasada semana ante el Recre.

Reivindicación que también protagonizó Lafita, el más activo de los atacantes deportivistas, con un gol, en el que el aragonés demostró mayor fe que los defensas catalanes para llevarse, a trompicones, un balón en el pico del área, que le dejó solo ante Kameni para firmar el 2-0.

Un severo castigo para un Espanyol pasó de puntillas, al menos en la primera parte, por Riazor, para sorpresa de los aficionados locales poco acostumbrados esta campaña a vivir tan plácidas tardes.

Los gallegos no perdieron nunca de vista la meta de Kameni y no se encerraron. Valverde trató de dar un vuelco al encuentro con la entrada de Corominas y Jonathan, pero el cuadro barcelonés siguió careciendo de la intensidad necesaria inquietar el área local.